
“El grueso de la población carcelaria permanece alojada en condiciones extremas. Los detenidos, hombres, jóvenes y adolescentes, viven en el hacinamiento y la miseria, padecen hambre, falta de agua, calor extremo, cuando no frío, y carecen de los mínimos elementos de primera necesidad”, señala la reflexión que se conoció luego de los intentos de motines en la comisaría Quinta y en la seccional Primera de Resistencia.
El texto agrega que los internos “no reciben asistencia médica adecuada pese a las graves enfermedades endémicas propias de la pobreza y que el comité ve con preocupación que el sistema carcelario se establece a partir del razonamiento autoritario de que un detenido debe sufrir vejaciones, torturas y humillaciones durante el total de su estadía en establecimientos carcelarios, mientras que los familiares deben realizar una degradante peregrinación para lograr visitas a sus seres queridos y no desde un razonamiento de humanización de las cárceles”.