En el contexto de incertidumbre que generan las próximas elecciones presidenciales que definirán el rumbo político del país, así como sus políticas públicas, y a través de una asamblea de trabajadores, varias de ellas integrantes de la comunidad LGBTIQ+, desde el Patio Cultural “Viva La Pepa”, ubicado en el CAVV (López y Planes 157 en Resistencia) se realizó un “guisaso por nuestros derechos”, el jueves.
La iniciativa llevada adelante por trabajadores, entre ellas su coordinadora, la enfermera Débora Machuca habló con elDIARIO, con el objetivo visibilizar la importancia de este organismo para la salud mental de las mujeres, las infancias y la diversidad.
El flyer que convocaba a la medida sostiene: “Nos organizamos frente al peligro de continuidad del sistema víctimo-asistencial”. A pesar de la lluvia torrencial de ése día, el guisaso convocó a trabajadores de diferentes áreas del Estado provincial, y en particular de la Secretaría de Derechos Humanos, organismo del cual depende el CAVV.
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¿CÓMO SURGE EL PATIO?
La historia del centro cultural “Viva La Pepa” se remonta a 2018, cuando la enfermera, Débora Machuca, quién prestaba servicios en el CAVV, pudo identificar que su labor y deseo eran con la tierra, por fuera de los consultorios, con las palabras, las grupalidades y sus transformaciones.
Es así que, sin presupuesto, pero gracias a una articulación con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y a dos compañeros, uno de ellos que cooperó trabajando la huerta, junto a una vecina de Barranqueras, nace el taller, mediante el programa Pro Huerta, con la intención de brindar una actividad para las infancias que han sido víctimas de abusos sexuales, entre otras actividades, tales como zumba, yoga y cerámica para usuarias.
En este contexto, parte del equipo del CAVV pudo construir un lugar de cuidado de alojo y de transformación para las víctimas de la violencia machista. Además, su coordinadora sostiene que “el patio es abierto a la comunidad del sistema víctima-asistencial y a las disidencias”, particularmente desde el 7 de marzo de 2023, día en que se conmemora la visibilidad lésbica en nuestro país, ya que anteriormente el CAVV, solamente formaba parte de una propuesta terapéutica.
ORGANIZACIÓN INNOVADORA
Con respecto a la organización, Viva la Pepa mantiene un funcionamiento comunitario desde marzo de este año. Si bien, desde el Estado existen cuarto niveles de atención víctima-asistencial, el patio cultural funciona por fuera de este sistema.
“Desde el cobijo, desde el compost se formó lo que hoy es una política pública, gracias a la voluntad de la Secretaría de Derechos Humanos, hoy 8.000 personas están siendo cuidadas acompañadas, asesoradas, mediante actividades de baile, plantando su propio alimento y cuentan con el patio para que a sus tiempos y sus formas puedan relanzarse socialmente, desde otros lugares”, cuenta Machuca.
Además, la enfermera resalta que tienen la decisión de “reconocer lo comunitario como político”, ya que forma parte de una manera de construcción. “Habría que poder entender que el patriarcado nos lleva siglos de ventaja, y que si bien este tipo de organización cuesta, vamos a defender nuestro lugar como trabajadoras del Estado, como trabajadoras de derechos humanos y como trabajadoras de la educación, de la salud, del arte y la cultura”.
En este sentido, también destaca las modalidades de asambleas que permitieron llevar adelante esta jornada de defensa de derechos conquistados. “Decidimos convocar a una asamblea extraordinaria por el riesgo que implica el cambio de gobierno para nuestro trabajo, salió el -guiso por los derechos en defensa del sistema víctima asistencial-, para velar por el reconocimiento de las trabajadoras del Estado”, sostiene Machuca.
Al finalizar la entrevista con este medio, Machuca también remarcó que el equipo se declarará en “asamblea y lucha permanente”, para lo cual se encuentran redactando un pronunciamiento en defensa de su fuente de trabajo.