El trastorno bipolar, antes denominado «depresión maníaca», es una enfermedad mental que causa cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos emocionales (manía o hipomanía) y bajos emocionales (depresión).
El 30 de marzo fue la fecha elegida para conmemorar el Día Mundial del Trastorno Bipolar, debido a que es el natalicio de Vincent Van Gogh, este famosísimo pintor que fue póstumamente diagnosticado de padecer posiblemente este tipo de trastorno.
Cuando uno se deprime, puede sentirse triste o desesperanzado y perder el interés o el placer en la mayoría de las actividades. Cuando el estado de ánimo cambia a manía o hipomanía (menos extrema que la manía), es posible que se sienta eufórico, con mucha energía o inusualmente irritable. Estos cambios en el estado de ánimo pueden afectar el sueño, la energía, el nivel de actividad, el juicio, el comportamiento y la capacidad de pensar con claridad.
Aunque el trastorno bipolar es una afección de por vida, puede controlarse los cambios en el estado de ánimo y otros síntomas siguiendo un plan de tratamiento. En la mayoría de los casos, el trastorno bipolar se trata con medicamentos y psicoterapia.
EL GENIO DE UN BIPOLAR
¿Qué es el trastorno bipolar? Se trata de una enfermedad mental que produce cambios abruptos de temperamento, pasando de una terrible depresión, a un alto nivel de optimismo de forma casi simultánea. Decimos casi, porque realmente la persona suele tener un temperamento normal entre ambos polos.
Un ejemplo notable entre los grandes hombres de la humanidad, ofrece el pintor Vincent Van Gogh.
Al realizar un repaso por la vida de Vincent Willem van Gogh, sabemos que fue un pintor neerlandés, uno de los principales exponentes del postimpresionismo.
Pintó unos 900 cuadros (entre ellos 43 autorretratos y 148 acuarelas) y realizó más de 1.600 dibujos. Una figura central en su vida fue su hermano menor Theo, marchante de arte en París, quien le prestó apoyo financiero de manera continua y desinteresada. La gran amistad entre ellos está documentada en las numerosas cartas que se intercambiaron desde agosto de 1872. De las 800 cartas que se conservan del pintor, unas 650 fueron para Theo; las otras son correspondencia con amigos y familiares.
Van Gogh fue esencialmente autodidacta. Desde joven tuvo inclinación hacia el dibujo. Su primer trabajo fue en una galería de arte. Más tarde se convirtió en pastor protestante y en 1879, a la edad de 26 años, se marchó como misionero a una región minera de Bélgica, donde comenzó a dibujar a la gente de la comunidad local. En 1885, pintó su primera gran obra, Los comedores de patatas. En ese momento su paleta se componía principalmente de tonos sombríos y terrosos. La luz y la preferencia por los colores vivos por la que es conocido surgió posteriormente, cuando se trasladó al sur de Francia, consiguiendo su plenitud durante su estancia en Arlés en 1888.
La calidad de su obra fue reconocida solo después de su muerte, en una exposición retrospectiva en 1890, considerándose en la actualidad uno de los grandes maestros de la historia de la pintura. Influyó grandemente en el arte del siglo XX, especialmente entre los expresionistas alemanes y los fauvistas como Matisse, Derain, Vlaminck y Kees Van Dongen. Falleció a los 37 años por una herida de bala de pistola; aún no se sabe con seguridad si fue un suicidio o un homicidio involuntario. A pesar de que existe una tendencia general a especular que su enfermedad mental influyese en su pintura, el crítico de arte Robert Hughes cree que las obras del artista están ejecutadas bajo un completo control; de hecho, el pintor jamás trabajó en los periodos en los que estaba enfermo.
Aproximadamente 140 millones de personas en el mundo padecen trastorno bipolar. Es una de las principales enfermedades que causan discapacidad y es la menos entendida. La edad media en que suele aparecer la enfermedad por primera vez es alrededor de los 25 años. Las mujeres pueden desarrollar los síntomas mucho más rápido, así como tener mayor número de episodios emocionales. No obstante, la enfermedad afecta a ambos sexos por igual. En el caso de la depresión en niños o adolescentes, este podría ser un síntoma de inicio del trastorno, pero no siempre es el caso.
El tratamiento para este tipo de trastorno debe ser personalizado, es decir, no existe un remedio o tratamiento único para todas las personas que lo padecen.