En una demostración de pragmatismo y en medio de las negociaciones que sostienen los gobernadores provinciales con Casa Rosada en el marco del Presupuesto 2025, el oficialismo disuadió a un grupo de diputados opositores para que se ausenten en la sesión que se aprestaba para reformar la ley de DNU. Se postergó para el 21 de noviembre.
La oposición anticipaba una cuenta favorable por la suma de al menos cuatro bloques: Encuentro Federal, Frente de Izquierda, Unión por la Patria y Democracia para siempre (radicales disidentes). Con presencia total, llegaban a 132 votos (cuatro más que el quórum) y tenía números para la media sanción. Sin embargo, entre peronistas y radicales sumaron una decena de bajas y, ante esa advertencia, sus compañeros de bancada solicitaron una nueva sesión para la próxima semana para evitar exponer a los ausentes.
El triunfo del oficialismo no sólo fue importante por su demostración de capacidad política al hacer cambiar de postura a legisladores opositores, sino también porque evitó que las bancadas consigan reformar una ley que impactaba directamente en la modalidad de acción del Gobierno: Javier Milei ejecutó DNUs en áreas sensibles (canje de deuda, jubilaciones, alquileres, privatizaciones) y quería evitar volver a tener que recurrir al veto. El proyecto que se iba a votar proponía que el rechazo de una de las dos cámaras resulte suficiente para revocar un DNU y establecer un período de vigencia de los decretos de hasta 90 días.
Por qué se cayó la sesión
«El Gobierno sacó la billetera«, fue la síntesis de un asesor del radicalismo vinculado al bloque mayoritario. Casa Rosada desarrolló un paciente plan que va tomando forma y se podría concretar la semana próxima: habilitó debates en la Comisión de Presupuesto que sirvieron para atraer la atención (con figuras como Bullrich y Scioli) pero no para discutir modificaciones las partidas presupuestarias, mientras selló acuerdos en reuniones paralelas con gobernadores y la mesa de diálogo legislativa con Cristian Ritondo.
El clima celebratorio de La Libertad Avanza fue un punto en común de todos los diputados, que permanecieron en el recinto horas después de caída la sesión. «No quisieron dar la cara y abandonaron«, se jactó Gabriel Bornoroni, presidente del bloque. A la determinación de partidas para las provincias, el oficialismo añade sobre la mesa de negociación su capital electoral para potenciales alianzas en los distritos en el 2025. Con esos elementos torció definitivamente a la UCR, que anunció este mismo martes que se plegaba a su estrategia.
Dentro de Unión por la Patria, la caída de la sesión se vivió con mayor resignación que sentimiento de derrota. Durante todo el año, y ante la reiterada imposibilidad de imponer una agenda propia, se rescataba la unidad del bloque consolidada tras la salida de tres miembros del bloque Independencia. Sin embargo, y aunque preservaron la identidad de los diputados que se ausentaron, la falta de quórum debilitó su postura de negociación incluso con las demás bancadas. «Esto vuelve a poner el ojo en Cristina, como la única opositora que no cede. Los votantes van a querer que todos los demás se vayan a la mierda», señaló un miembro referenciado con el Frente Renovador.
Fuente: Ámbito.