Luego de la multitudinaria marcha en defensa de la universidad y la educación pública que se desarrolló en todo el país, el presidente Javier Milei y su vice Victoria Villarruel salieron a bajarle el tono a la confrontación con los estudiantes y volvieron a subir al ring a la oposición que ayer volvió a mostrarse unificada ante el reclamo.
La primera en tomar postura fue la presidenta del Senado. A través de su cuenta de Twitter, Villarruel, quien se reconoció como “hija de la universidad pública”, celebró la autoconvocatoria para “luchar por la Universidad pero de calidad, libre, y para todos, donde pienses y no te bochen por decir lo que pensás, donde puedas estudiar y no tengas que ver carteles del infame Che Guevara, Marx o las señoras de los pañuelos blancos que se enriquecieron los bolsillos con una tragedia.”
Decidida a disputar el protagonismo político con una oposición al acecho del error de la dupla presidencial, la vice se subió al DeLorean y analizó la gestión educativa de las presidencias de Cristina Fernández de Kirchner, quien anoche salió al balcón del Instituto Patria para mostrar su apoyo simbólico a la movilización que albergó a casi un millón de personas en todo el país.
“Ayer pensé en los miles de chicos que durante el gobierno de los K dejaron la escuela, no aprendieron nada, no saben sumar, escribir o restar y van a padecer la demagogia de un slogan que solo sirve para que cadáveres políticos como CFK, Massa, Tati Almeyda o Pérez Esquivel tengan 5 minutos más de fama a costa de los demás, como siempre fue”, lanzó.
Milei y las “causas nobles”
Remarcando el discurso que sus interlocutores empezaron a impartir a primeras horas de la tarde del martes cuando las plazas de todo el país comenzaron a llenarse incluso de sus propios votantes, el presidente volvió a aclarar que no está entre los planes de gobierno cerrar universidades públicas.
Esto, dice el mandatario, se justifica a partir de la decisión del gobierno de aumentar un 70% las partidas -que cubren poco más del 4% de los gastos operativos totales de las instituciones- a última hora del jueves pasado, un último intento desesperado para aplacar la masividad que finalmente tuvo la convocatoria.
“Como la clase política no deja pasar ninguna oportunidad para defender sus privilegios, montaron sobre una consigna justa un acto netamente político de oposición al gobierno. Así es como ayer vimos las mismas caras de siempre de aquellos que quieren que la Argentina no cambie para defender sus privilegios. Massa, Cristina, Lousteau, Yacobitti, la CGT, la CTA, el radicalismo cómplice, y todos los demás actores de la clase política que se oponen a cualquier cambio porque han sido los principales beneficiarios del antiguo régimen”, expresó el libertario en línea con su vice.
Retomando el discurso anti casta que los llevó a ocupar el mayor cargo que aspira cualquier político en menos de dos años de construcción partidaria, Milei insistió en que el gobierno no será “cómplice del negocio que algunos hacen con la universidad pública».
En la misma línea, y tal como lo sostienen desde hace varias semanas, el presidente mantuvo la línea del pedido de auditoría, herramienta a cargo de la Auditoría General de la Nación (AGN). A pesar de la insistencia presidencial, según pudo reconstruir este medio, desde el oficialismo aún no tienen en mente avanzar con la presentación formal del pedido de auditoría en el Congreso, primer paso para habilitar este escrutinio.
“Lejos de doblegarnos, cada vez que todos esos dirigentes, que son la cara del fracaso argentino, se juntan detrás de una bandera, lo único que hacen es reafirmar nuestra convicción de que estamos dando las batallas para las que nos eligieron la mayoría de los argentinos”, cerró el mandatario, con heridas de balas estudiantiles en su cuerpo político.
Fuente: Tiempo Argentino