Luego de que sus palabras en la ceremonia del 25 de Mayo fueran entendidas como una dura crítica al modelo del Gobierno, el religioso aclaró que diría su discurso «más allá de que luego puedan ser tomadas frases aisladas para fomentar la fragmentación».
«Como decía el papa Francisco, hoy no hay tiempo para la indiferencia, no nos podemos lavar las manos con la distancia. O somos hermanos o se viene todo abajo», dijo García Cueva y pidió «vivir la libertad de la mano del amor al prójimo».
García Cuerva expresó unas palabras direccionadas hacia la dirigencia política e hizo referencia al pueblo trabajador: «Porque algo no está bien cuando tenemos dirigentes muy ricos y un pueblo trabajador muy pobre».
Es en este marco que invitó «a todos los presentes a rezar todos juntos por el país. Construir la fratenridad, mirarnos a los ojos y sentirnos hermanos, forjar la unidad entre los argentinos más allá de las diferencias, nadie es prescindible, nadie es descartable».
Fuente: con información de Ámbito y Página 12