Cientos de personas entre público, feriantes y representantes de organizaciones sindicales participaron ayer, en la Plaza de los dos Congresos, del festival de los medios públicos, a 79 años de la creación de la agencia nacional de noticias y publicidad Télam, cuyos trabajadores mantienen un acampe frente a los dos edificios en defensa de las fuentes laborales.
La persistencia es una forma de resistencia. Así lo comprenden las trabajadoras y trabajadores de la agencia Télam y los medios públicos que en la soleada y calurosa jornada del sábado consumaron una expresión popular y colectiva cargada de rabia y movilización para rechazar el intento de cierre que promueve el Gobierno de Javier Milei.
Miles de personas se congregaron frente al Congreso de la Nación en un Festival organizado por el Sipreba, que tuvo su cenit con la voz política que reflejan las canciones de La Bersuit. La noche fue clausurada por La Perra que los Parió, banda liderada por Nahuel Amarilla, trabajador de la agencia.
A cinco meses de la asunción del nuevo gobierno, Télam –y con ella la idea de un medio público de noticias y publicidad- no ha podido ser desguazada por la “motosierra” que se propone como política frente a las manifestaciones de la cultura.
En otro contexto sería inverosímil ubicar a cualquier espacio de encuentro musical, por esa sólo condición, como una referencia de oposición a la administración oficial. Sin embargo, desde el gobierno de Javier Milei se empecina en conseguir esa unidad: en pocos meses avanzó sobre todo el arco de la comunicación y la cultura. Al silenciamiento de Télam se suma la amenaza sobre el resto de los medios públicos, la intervención del Enacom, el desfinanciamiento del INCAA, el ahogo a las universidades nacionales y la liberación de precios de la telefonía celular, el cable e internet. En ese contexto toda expresión artística se vuelve contestataria. Porque no tiene más camino que defenderse a sí misma. La grilla de artistas que desfiló en el Festival de Télam fue un ejemplo de esa reacción.
La Bersuit, que desde fines de los ’90 supo retratar un tiempo social de la Argentina, protagonizó uno de los momentos más enérgicos del Festival. La banda que comenzó en su carrera en Oliverio y que transitó todos los rincones del under antes de su explosión popular, ofreció desde su primer éxito, “El tiempo no para”, del fallecido compositor brasileño Cazuza, hasta sus canciones más recientes.