Los países del Sur Global anunciaron ayer el inicio de un «nuevo orden mundial de la salud», al comprometerse en el cierre de una cumbre organizada por la Internacional Progresista a compartir la tecnología y la producción de las vacunas contra el coronavirus con el objetivo de revertir el acaparamiento actual de dosis.
Representantes de Gobiernos nacionales, regionales, trabajadores sanitarios, sindicalistas y laboratorios de 20 países se reunieron de forma virtual durante cuatro días para poner fin al acceso inequitativo de los inmunizantes: hasta el momento el 85% se administró en naciones de renta alta y media-alta y sólo el 0,3% fueron usadas en aquellas de ingresos bajos.
«Se está formando un nuevo orden sanitario internacional. Necesitamos desesperadamente superar el apartheid de las vacunas que amenaza nuestra propia supervivencia, pone en entredicho la soberanía del Sur y conlleva el riesgo de nuevas mutaciones asesinas de este virus», dijo la coordinadora de la cumbre y miembro de la Internacional Progresista, Ana Caistor Arendar.
“Buscamos mecanismos alternativos para un acceso universal teniendo en cuenta que contamos con capacidad de producción para el desarrollo de vacunas”, añadió en el mismo sentido la exministra de Salud de Ecuador, Carina Vance Mafla, en la conferencia de prensa que dio cierre al encuentro.
«Necesitamos desesperadamente superar el apartheid de las vacunas que amenaza nuestra propia supervivencia, pone en entredicho la soberanía del Sur y conlleva el riesgo de nuevas mutaciones asesinas de este virus».
CINCO ÁREAS
Concretamente, durante la cumbre se asumieron compromisos en cinco áreas: colaboración abierta sobre las tecnologías de las vacunas, precios solidarios de esos fármacos, compartir la capacidad de las agencias regulatorias, agrupar la capacidad de fabricación e impulsar una “desobediencia colectiva para desafiar el monopolio” de la propiedad intelectual de los grandes laboratorios en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En cuanto a la colaboración de tecnologías y los precios solidarios, Cuba y México expusieron su decisión de ofrecer sus vacunas candidatas con licencias abiertas para que puedan ser producidas en otros países y a un bajo costo.
Se trata de las cubanas Soberana 02, Abdala y Mambisa, las primeras dos en la tercera y última fase de ensayos clínicos y que Venezuela ya anunció que también fabricará en su territorio, y la mexicana Patria que está por iniciar la fase 3 y se espera que esté lista para su autorización antes de fin de año.
Un punto que atravesó todo el debate es el monopolio de las patentes de las vacunas anticovid que se administran hoy de forma masiva, y los lentos avances en la OMC de la propuesta para levantarlas temporalmente ante el rechazo de la Unión Europea, Reino Unido y Suiza, sedes de las grandes farmacéuticas.
“El acceso a los medicamentos que salvan vidas no debería estar dictado por el lugar donde uno vive», dijo durante la cumbre Xolelwa Mlumbi-Peter, embajadora ante el organismo de Sudáfrica, país que junto a India presentaron la iniciativa para suspender la propiedad intelectual en octubre del año pasado.
En ese sentido, los participantes llamaron a impulsar legislaciones nacionales que desafíen ese modelo, como el presentado en Chile por el diputado Giorgio Jackson que fue aprobado en la Cámara, pero luego terminó siendo bloqueado por el presidente Sebastián Piñera.