Ayer se cumplieron seis años de la primera movilización del Ni Una Menos que se hizo en Argentina tras el femicidio de la adolescente Chiara Páez. La referente del movimiento a nivel local, Cecilia Solá, reflexiona sobre la importancia de recordar este día de lucha y su vigencia en la actualidad a pesar del contexto de pandemia. “Siguen siendo necesarias dar ciertas batallas, sigue siendo necesario alzar la voz” dijo a elDIARIO de la Región.
“Han pasado seis años desde la primera marcha que nos puso a todas en la calle con la digna rabia al comprender que necesitábamos hacer algo frente a esta pedagogía de la crueldad, frente a este paradigma de la violencia que veníamos y venimos atravesando las mujeres e identidades femeninas” recordó Cecilia y señaló que “es un día de lucha pero también es un día de recordarnos lo que podemos cuando estamos juntas”
En ese sentido, se refirió a los avances sociales y en materia de derechos que se consiguieron en estos seis años: “la lucha del movimiento de mujeres e identidades femeninas ha conseguido logros muy importantes desde lo legislativo y también desde la visibilización. Hoy por hoy ya no se discute la necesidad de la marcha y de la protesta. Si bien todavía seguimos escuchando gente que se queja de las paredes pintadas creo que eso es algo que va quedando atrás ante lo terrible de entender que tenemos 127 femicidios en lo que va del año”
Sin embargo, la referente del Ni Una Menos de Resistencia manifestó a este matutino las dificultades que se presentan a la hora visibilizar la violencia machista en este periodo de aislamiento social producto de la pandemia: “hemos tenido que aprender nuevamente formas de hacernos oír porque el aislamiento nos obliga a no realizar las marchas que se organizan cada 3 de junio para visibilizar los femicidios y las injusticias”. Además, habló de que este contexto agrava la situación de violencia en el que se encuentran las víctimas y que también dificulta el hecho de pedir ayuda.
A pesar de ello, Cecilia sostuvo que de igual manera “se sigue peleando desde la calle, desde las redes, desde las organizaciones y colectivos de mujeres e identidades femeninas por certezas como la implementación de leyes que de otro modo son letra muerta”
Y agregó que “de poco sirve una ley de cupo laboral trans travesti si no se implementa y se convierte realmente en una herramienta que dignifique sostenga y defienda la vida de las compañeras. De poco sirve la ley Micaela si no se implementa y se hace un seguimiento de quienes hacen la capacitación porque si no hay un seguimiento y se ven cambios es como nada, solo un curso”
Asimismo, recalcó el rol y la importante presencia del Estado en estos temas: “debe hacer la parte que le corresponde, facilitando el acceso a la justicia y acompañando a la víctima evitando la revictimización”
También, llamó a la responsabilidad de la sociedad a formar parte del cambio y justicia social, y por ello consideró importante que “el vecino o la vecina que escucha una discusión y cierra la ventana llame al 911 o alguna de las organizaciones que bridamos acompañamiento” y que “el hecho de no cerrar los ojos ni los oídos, el hecho de comprometernos socialmente puede ayudar a bajar el índice de violencia “
Cartelazo por el Ni Una Menos
A seis años de su lanzamiento, el colectivo Ni Una Menos había convocado a un «Cartelazo» e invitó a colocar carteles en ventanas, puertas y redes que advirtiéndotelos sobre la gravedad de los femicidios y la violencia de género en el país.
“Seguimos en la lucha esta vez de forma virtual con las consignas de este año. Lo que sigue siendo real y presencial es el acompañamiento que se hace a las víctimas y a las sobrevivientes de violencia de género. Lo que sigue siendo presencial y real es la necesidad de las compañeras que en este contexto de pandemia se vio como se exacerbó el peligro de convivir con los violentos” remarcó Cecilia.
Entre otros puntos, el colectivo Ni Una Menos exige la Ley de cupo e inclusión laboral travesti trans; políticas de prevención contra femicidios, travesticidios y transfemicidios; una reforma judicial feminista; recursos y vacunas para las trabajadoras sociocomunitarias; la eliminación de la violencia económica sobre los cuerpos; y la implementación efectiva de la Ley de interrupción legal del embarazo y de la Ley de parto respetado entre otras reivindicaciones.
Un informe de la organización MuMalá-Mujeres de la Matria Latinoamericana difundido el domingo último registró un total de 94 femicidios en lo que va del año en la Argentina, entre ellos 15 vinculados y 4 trans-travesticidios, lo que significa una cada 38 horas.
Además, en el 2021 hubo 143 muertes violentas de mujeres, travestis y trans, lo que registró una cada 25 horas, según el informe.
A pedido de Ni Una Menos se sumaron los reclamos por la aparición con vida de Tehuel de la Torre, quien lleva desaparecido dos meses; el cupo laboral travesti trans y la reforma judicial feminista.