Sin lugar a dudas, la deuda externa ha sido en la historia argentina uno de los factores mas importantes de dominación e imposición de políticas por la cual se limitó el desarrollo de nuestro país y transfirió riquezas al capital trasnacional y sus aliados locales.
La propuesta presentada por el Gobierno Nacional resulta equilibrada, que defiende los intereses nacionales, que resulta cumplible, sin someter a ajustes económicos sociales al pueblo argentino. Plenamente justificada por el contexto de la aguda crisis sanitaria y mundial.
La quita de intereses del 62%, y la nueva tasa ofrecida en la propuesta, resultan acordes a las vigentes a nivel internacional. El diferimiento de pago por tres años es imprescindible para permitir la reactivación de la economía, el desarrollo, y la recuperación de capacidad de pago.
Nos queda como responsabilidad política identificar a los responsables históricos y recientes del endeudamiento para que asuman su responsabilidad política y penal.
La consolidación del documento impulsado por nuestro país y presentado por el G77 y China que fuera aprobado por la ONU en el año 2015 que establece un cambio de paradigma para la reestructuración de deudas soberanas.
Mientras la mayoría del pueblo, inclusive de la oposición política apoya la propuesta de reestructuración del Presidente Alberto Fernández, desde el sector financiero y las empresas más concentradas, se mantienen maniobras especulativas para maximizar ganancias, que además intentan desestabilizar al gobierno, resistir la propuesta y trabar otras medidas que benefician a la mayoría de la sociedad.
Frente Grande
17 de abril de 2020