Bajo la consigna “La Patria no se vende”, las dos vertientes de la Central de Trabajadoras y Trabajadores de la Argentina (CTA) convocaron a una movilización hacia Plaza de Mayo para el próximo jueves 5 de diciembre a las 13 horas, contra las políticas de ajuste que está llevando adelante el Gobierno de Javier Milei.
Además de las dos CTA, participarán de la marcha movimientos sociales, sindicatos, pymes y diversas agrupaciones políticas. No será parte de la convocatoria, en cambio, la Confederación General del Trabajo (CGT) -que mantiene desde abril una postura dialoguista con el Gobierno-, aunque sí se prevé que asistan algunos sindicatos que la componen, como la Unión Obrera Metalúrgica, la Asociación Bancaria, y la Federación de Aceiteros.
También hay conversaciones para que se sume Pablo Moyano, número dos del sindicato de los camioneros, quien días atrás presentó su renuncia como co-secretario general de la CGT justamente por la postura dialoguista que están adoptando el resto de los dirigentes de la mesa chica, que no acompañaron su propuesta para realizar una medida de fuerza contra las políticas de ajuste de Milei.
En las reuniones para organizar la marcha del próximo 5 de diciembre también estuvieron presentes La Cámpora y la agrupación La Patria es el Otro, que lidera el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense Andrés “Cuervo” Larroque, por lo que se espera que ese día sus militantes formen parte de la movilización.
Este miércoles, la CTA publicó un informe sobre la evolución del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que demostró que hubo «una pérdida brutal de poder adquisitivo» desde diciembre de 2023, «producto del efecto de la devaluación y su impacto en los precios».
«El retroceso histórico es tan grande que el valor real del salario mínimo ya es inferior al vigente durante la mayor parte de la década de 1990 y, en la crisis final del régimen de convertibilidad, cuando esta política se había abandonado como herramienta para determinar pisos salariales e impulsar una menor desigualdad salarial», sostiene el documento.
La comparación de los sueldos básicos con las líneas de pobreza y de indigencia, plantea el informe, «revela una situación peor que la del año 2001«.
Según el trabajo difundido por la CTA, «no hubo recuperación» para el salario mínimo, que en octubre con $271.571 «mostró un valor real 28,4% menor que en noviembre de 2023«.
«El salarió mínimo en octubre sólo alcanza para adquirir el 54,3% de la canasta básica de alimentos, que define la línea de indigencia para una familia tipo y poco más de una cuarta parte de la canasta de pobreza», concluyó la central de trabajadores.