Durante el primer año de gestión de Roy Nikisch, las obras inconclusas del gobierno de Martínez continuaron paralizadas, dejando a la comunidad sin sus espacios y supeditada a los problemas generados por el estado de abandono, situación que sólo puede explicarse en razones de especulación política, evidenciada en la falta de tratamiento del tema durante todo el 2024, año que se debió trabajar no solo para terminarlas, sino también para hacerlo al menor costo, ya que hoy esta gestión prevé ocupar mayores recursos, actualizar los valores de las obras sin control, y cambiar de empresa a una de “mayor” confianza (y si se puede parentesco).
Es ostensible el motivo por el cual toda la comunidad debió esperar otro año con sus plazas valladas y oscuras: las elecciones.
A la fecha podemos ver un mayor deterioro de las obras. Vecinas, vecinos e instituciones que no pudieron realizar sus actividades ni disfrutar de los aportes que estos espacios proporcionan a la comunidad y que debieron esquivar durante un año más, tejidos, chapones, suciedad, delincuencia, poca iluminación y la ausencia municipal (uno de los aspectos que coinciden con la gestión anterior).
Buscando dar respuesta a la demanda de vecinos, vecinas e instituciones, en octubre del 2024 nuestra concejalía propuso la implementación de un Programa de Infraestructura Comunitaria llamada “Plazas y espacios públicos abiertos” con el objeto de reactivar y finalizar las obras a la fecha inconclusas y sin ejecución, que contaba con los recursos necesarios para su implementación, pero no interesó al oficialismo recuperar e incorporar estos espacios públicos, sino que priorizó la especulación, y hoy la reactivación de estas obras nos sale tres veces más caro.
¿Quién piensa en la ciudad? Ni la gestión anterior ni la actual
Como normal a esta altura y en estas épocas, se observan actitudes en las gestiones de gobierno que parecieran corren por distintos carriles que en los que se moviliza y participa la comunidad, porque centran el esfuerzo, los recursos, la comunicación, la capacidad de gestión, la estructura, etc, a una estrategia de interés personal, grupal, política y muchas veces económica, creyéndose más importante que la institución misma, olvidando o negando aquel término que solíamos escuchar de “servidores públicos” para creerse más bien, “personajes principales de la historia”.
Mencionaremos algunas medidas de la gestión por las que debemos preguntarnos ¿en qué han beneficiado al pueblo?:
• Obras con sobreprecios, contratadas con irregularidades y sin consulta previa a vecinas y vecinos sobre la prioridad y características de las mismas.
• Aumento del transporte público en un 1.250% (de $85 a $1.300 en menos de un año y pagando más subsidios que antes), dejando fuera del sistema a la mitad de las y los usuarios.
• Acumulación de recursos por el equivalente a cinco meses de masa salarial municipal y como contracara un servicio de recolección que continúa insuficiente y a veces carente.
• Compra de 16 camiones de forma directa a una “empresa amiga” por montos superiores a los $3.000 millones.
• Licitar la impresión de 1.000 fotocopias e impresiones por un monto de $10 millones.
• Contra organismos de control y el propio Concejo, insistir en el pago de deudas de miles de millones de pesos de la gestión anterior que no tienen justificada claramente su contraprestación a favor del municipio y fueron observadas.
• Implementación de un estacionamiento medido impagable para usuarios y usuarias en general, sobre todo para quienes trabajan en la zona, y sin tener en cuenta a vecinos y vecinas frentistas, ni las características de la actividad comercial y de servicios que se despliega en la zona.
• Avanzar con prepotencia, en clara ilegalidad y exceso de facultades sobre la estructura del personal municipal, para perseguir políticamente a personas que vienen trabajando hace años en áreas claves y otras políticas, justificados en una falaz “austeridad” y mostrándose en línea con las medidas implementadas por los gobiernos nacional y provincial, pero por detrás promoviendo a dedo e ingresando personal sin concursos y sin cargos (haz lo que yo digo pero no lo que yo hago), mintiendo para ello a la propia Justicia, que no ocupa tiempo en confirmar estas cosas.
• Pretender endeudar al municipio sin razón y para realizar compras de equipamiento por terceros, por fuera del esquema legal establecido y obviando la licitación.
• Acumulación de recursos en fondos fiduciarios e instrumentos financieros bancarios, sin rendir la información que permita controlar el fruto de la inversión realizada (mismo modus operandi de la gestión pasada), mientras la ciudad no cuenta con los servicios públicos activos.
• Congelar o actualizar insuficientemente el efecto de la inflación sobre los salarios, teniendo recursos para hacerlo, ya sea los mayores que genera la propia inflación o los mayores impuestos cobrados por encima de la misma durante los últimos cinco ejercicios a contribuyentes.
• Aumentar tributos cinco veces más que la inflación prevista, así como cuatro veces por encima de los aumentos salariales presupuestados a nivel nacional.
• No activar en forma responsable las tareas de control de distinto tipo que tiene como incumbencia el Municipio.
• Dejar sin personal, impedir la posibilidad de contratar y bajar a menos del mínimo los recursos que se destinan a la actividad que deben desarrollar las y los Concejales de la oposición, permitiendo que el lado oficialista acumule contratos en integrantes de su familia que no prestan servicio alguno (ni hablar de los que afecta a “solucionar” temas privados o de negocios de sus hijos, o la promoción indirecta que realizan de las contrataciones a empresas de sus hijos o cónyuges en el gabinete.
En línea con el gobierno de Milei y el de Zdero, esta gestión municipal habla de austeridad y transparencia, no ejecuta obras ni mejora servicios, y destina montos exorbitantes para instalar en los medios de comunicación realidades inexistentes y denuncias direccionadas a afectar la imagen de personas, tapando y ocultando irregularidades y acciones motivadas por intereses personales, políticos y/o económicos. Buscan convencer a la comunidad de que se está trabajando, disfrazando la realidad, lo que se agrava cuando además de los medios, usan las fuerzas de seguridad bajo su dependencia con la misma intención.
Lo triste y grave es que todo esto, es solo una parte.
¿Será necesario repasar cuestiones básicas en la comunidad?
Evidentemente, es necesario repasar algunos conceptos básicos, como por ejemplo, saber que cuando votamos, elegimos como autoridades de gobierno a personas que tendrán la tarea de realizar sus funciones en el marco de la legalidad y responsabilidad, para que el Estado funcione y con ello todos sus servicios, acciones, resguardos, control, cuidado, promociones, etc. y todas las tareas que tiene a su cargo. Básico ¿no?.
Sin embargo pareciera que lo han olvidado, porque creen que llegaron “para hacer lo que quieran y como quieran”, ignorando al destinatario final de lo generado: el pueblo, titular del derecho y no víctima de la autoridad conferida para garantizar su ejercicio.
Cada cual en su lugar y para hacer lo que corresponde, solo así un gobierno funciona bien. Dejemos de perder oportunidades de ser mejores.
**Concejal de la ciudad de Resistencia. Bloque Frente Chaqueño.