La economía de Brasil, la mayor de América Latina, creció 1,4% en el segundo trimestre, por encima de las expectativas del mercado, según los datos publicados el martes por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Tras resultados cercanos a cero en los dos últimos trimestres de 2023 y 1% en el primero de 2024, el país vecino extiende repunte.
Comparado con el mismo trimestre del año pasado, el PIB -la suma de todos los bienes y servicios producidos en el país- creció 3,3%.
El IBGE también revisó la cifra de crecimiento del primer trimestre a 1%, frente al 0,8% divulgado anteriormente.
El crecimiento económico en el segundo trimestre superó las expectativas del mercado, que ubicaba la expansión en 0,9%, según el promedio de más de 70 estimaciones de consultoras e instituciones financieras sondeadas por el diario Valor Económico.
Es una buena noticia para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien suele repetir que la economía brasileña experimentará un crecimiento superior al pronosticado por los expertos.
El Ejecutivo prevé un crecimiento este año de 2,5% del PIB, frente a un mercado que pronostica un crecimiento de 2,46%.
Rebeca Palis, analista del IBGE, subrayó un «fin del protagonismo de la agropecuaria» en el impulso económico durante el segundo trimestre.
«La industria se destacó este trimestre, en especial la electricidad y el gas, agua, saneamiento, gestión de residuos y construcción», dijo.
Pero también contribuyó el crecimiento en el gasto tanto de los hogares como del gobierno, así como de las inversiones, incentivados por mejoras en el mercado laboral, una reducción en la tasas de interés y la disponibilidad del crédito, según la analista.
La tasa de desempleo en Brasil retrocedió hasta 6,8% en el trimestre móvil de mayo a julio, una reducción de 1,1 puntos porcentuales respecto al mismo periodo de 2023 (7,9%).
Mientras, la inflación repuntó 0,38% en julio y alcanzó 4,50% en 12 meses, según datos del IBGE.