La Ciencia

La dopamina, clave en la motivación

En la actualidad se acepta que además de producir satisfacción tiene una función previa clave aún más importante y que se relaciona con la motivación para actuar y alcanzar objetivos.

Siempre se consideró que la dopamina que fabrica el cerebro es la sustancia química del placer que produce satisfacción, se libera en regiones cerebrales en abundante cantidad y genera así la sensación de un deleitoso bienestar.

Aunque esto es cierto, sin embargo, en la actualidad se acepta en base a diversas investigaciones que en realidad tiene una función previa clave aún más importante y que se relaciona con la motivación para actuar y alcanzar objetivos.

La conducta humana motivada –no la impulsiva– es un proceso compuesto por cuatro etapas que se deben atravesar indefectiblemente si se pretende llegar a buen puerto: activación, dirección, impulso y culminación.

Una analogía didáctica es la comparación con el uso de un auto: ante la necesidad de ir a algún lugar se arranca el coche (activación), se lo dirige (hacia adelante, hacia atrás), se aprieta el acelerador (impulso) y se maneja hasta llegar al destino (culminación).

¿Pero qué función cumple en este proceso la dopamina? Es el combustible que hace funcionar el automóvil: sin él, el coche no arranca, ni avanza ni llega a destino. Dentro de sus múltiples funciones se debe subrayar su participación en dos de especial importancia: en la motivación de la conducta y en el control del movimiento.

Un dato de interesante es lo que con frecuencia se observa en algunos pacientes con depresión. Muchas veces los síntomas habituales de este malestar (angustia, tristeza, apatía, pensamientos negativos) pueden mejorar con los antidepresivos que con mayor frecuencia se usan en la actualidad (los que aumentan la serotonina) logrando así mejorías.

Por qué es importante

Sin embargo, en un porcentaje de pacientes puede persistir cierto grado de un sutil desgano y de dificultad para ponerse en acción; es decir que están mejor de ánimo, pero con la persistencia de una cuota de falta de motivación para la acción. En casos así, es clave recordar la importancia de la dopamina.

Algo similar se observa en pacientes con Parkinson, en quienes ponerse en movimiento o trasladarse les implica un esfuerzo agotador.

También en la adicción participa la dopamina con la aparición y el mantenimiento de esa motivación tóxica, sea a una sustancia (alcohol, tabaco, marihuana, cocaína) o a una conducta (ludopatía, compras compulsivas, sexo, comida).

La dopamina hace su aparición ante cualquier estímulo que sea novedoso para una persona, sea agradable o no. Por ejemplo, ante una situación estresante se liberará dopamina ya que cualquier agente estresor es importante para el organismo ya que se debe lidiar con él.

Por lo tanto, la motivación es un proceso interno que mueve a un individuo a realizar una u otra conducta según los deseos o necesidades que tenga. El fin último es alcanzar un objetivo y está entonces presente en todas las elecciones que tomamos cotidianamente respecto a la comida, el trabajo, la vida social, la búsqueda sexual.

Conviene entonces no olvidar que desde el punto de vista orgánico un combustible esencial –aunque no único– es la dopamina. Sin ella y en cantidades adecuadas, ningún conductor –por bueno que sea– logrará que funcione bien el motor. Clarín

 

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Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda La Prensa

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