Ni objeto de estudio ni objeto de deseo. Un puente entre los lugares fríos de la medicina de los siglos pasados que patologizaban modos de existencia y las redes sociales de levante. Un espacio de calidez artístico y de expresión ante la angustia de esas vidas que, se piensa, no pueden ser amadas por igual.
“Cometravas” de la chaqueña Jaina Pajor es una muestra virtual disponible en su cuenta de Instagran @va.jaina.va. Consiste en un breve fundamento constitutivo y una encuesta, seguido de algunas de las respuestas de esas preguntas hechas a varones cis que buscan “levantar” a mujeres trans o travestis en la aplicación de citas homosexuales Grindr. Las preguntas giran en torno a hacer consciente ese deseo hacia mujeres trans y travestis. Culmina con el estreno de la canción de Pajor denominada también “Cometravas”. Una alegoría y una reivindicación ante los discursos de odio mundialista que giraron en torno al jugador francés Kylian Mbaappé y quien era su novia, la modelo trans Inés Rau.
“En principio, surgió de un chiste, cuando estaba con el corazón roto”, explica Jaina. “Fue como un juego, así de ‘te paso fotos, pero me respondes dos preguntas’. Sin saber muy bien para qué”, añade.
Estas preguntas se hicieron el año pasado, en un marco de mucha actividad de Jaina en es aplicación. “Quedó el registro de las capturas y después vino el apocalipsis (ganó Milei dice, entre risas y preocupación)”, en cambio quedaron esos recortes de muchas capturas de conversaciones con estos varones con quienes interactuaba por la mensajería de Grindr.
Cuando surge la canción (original de la entrevistada) llamada también “Cometravas”, Jaina vuelve recuperar las capturas de pantalla de estos seguidores de Grindr, y lo empieza a relacionar con este uso de su perfil público de Instagram donde hasta ahora sigue disfrutando de “ser memera (cada semana publica memes originales)”, siempre desde una perspectiva crítica y trava. “Lo de Instagram es porque es la única red social que manejo ahora y no quiero otras”, indica, respecto al uso de esta red social para la publicación de esta obra.
“Si bien se corría del lenguaje del meme, medio que encajaba también porque un poco se me asociaba con Grindr, algo de lo que estoy no estoy orgullosa, pero era algo de lo que la gente no se iba a sorprender; además por lo chismosa, ven los colores de (el chat privado de) Grindr y ya te atrae para leer, por el morbo. Si sabes jugar con eso, capta mucho”, destaca.
Sacar de los lugares comunes a estos medios de socialización modernos es algo que Cometravas hace en varios niveles. Su autora lo explica así: “Usaba Grindr para otra cosa que no sea el levante. Entraba para que me digan cosas lindas y para charlar cuando estaba aburrida”. “Los chabones están tan alzados que se prenden en cualquier cosa”, indica entre humor y contundencia, señala que no cree que las respuestas reflejen lo que “realmente creen, es lo que creen que tienen que decir para levantarme (entendiendo el “levante” como práctica de conquista sexual).
GRINDR: DINÁMICA Y ESTEREOTIPOS
“Es pura testosterona, puramente sexual, no se espera un lazo o una continuidad. La misma app ha buscado ir por otras cosas, pero es bastante directo. Hay mucho histeriqueo también, pero está nucleado en la lógica de levante, de objetivación y de objeto sexual”, explica Jaina sobre la aplicación de citas. Algo que, con algunas variables de socialización y géneros, también ocurre con Tinder.
“Es raro porque hay mucho chabón ‘paki’ (neologismo que viene de paquidermo. En la comunidad disidente, sobre todo lésbica, es una forma de describir a los rasgos monogámicos, jerárquicos y del amor romántico naturalizados en la heterosexualidad como régimen) de que buscan travas, como circuito de levante. En los ‘80 y ‘90 estaba el espacia público y la prostitución, ahora el lugar de levante son las redes sociales. También ligado a este orgullo de no comprar servicios sexuales y levantar de onda”, describe.
“Yo misma tengo más levante ahora en Grindr que cuando era puto”, comenta y lo enlaza con el hecho de que, desde lugar cis (que corresponde la identidad al sexo asignado al nacer) opera un lugar dado que es el de la “objetivación femenina”. “Soy consciente que acá soy un objeto sexual”, señala.
En este punto, saliendo de la aplicación, es donde aparecen las realidades de las condiciones de vida para una persona travesti trans donde “no hay lugar”. “No hay espacios de socialización para personas trans; más allá de algunos boliches, siempre muy asociada a la noche”.
Cuenta que la selección de la pregunta de la encuesta sobre cuándo fue la primera vez que te gustó una trava pensó en cómo “salirnos de esos lugares, hablar de otros circuitos, por ejemplo, de la educción”. “Implicaban otros encuentros que no tuviesen que ver solo con la noche, la fiesta y la zona roja”, subraya.
“Todo pasa por el mercado sexual y no hay circuitos públicos de socialización. No me ha pasado de estar con un chabón que no haya conocido por alguna red social, por ejemplo, por algún grupo de amigos y eso también habla de estos procesos de socialización”, manifiesta.
UN LUGAR DE ENUNCIACIÓN
No podríamos ser objeto sexual sin una población que consume, entonces qué pasa en ese otro lado. Es cambiar el foco, porque siempre somos nosotres de quienes se habla”
Consultada sobre las posibilidades de nombrar el deseo hacia una trava, Jaina rememora estos dichos populares actuales que giran en torno chistes como los de “¿mina fea o trava lindo?”. “Está ahora muy visibilizado que los chabones están con travas”, dice, “comerse una trava” está muy relacionado solo a lo sexual y es parte de “esta revancha de los chabones ante los avances feministas. Esta todo bien mientras sea lo sexual y no tener un novia trava”, indica.
Entre los fundamentos de la muestra, Jaina rescató un porcentaje del consumo de pornografía con protagonistas trans del sitio Pornhub, donde se destaca que entre todos los países del mundo, Argentina y Brasil lideraban el consumo de este tipo de videos. “El dato era un poco un ‘che haganse cargo que acá hay lgo que está pasando’. No es un dato menor, no podríamos ser objeto sexual sin una población que consume, entonces qué pasa en ese otro lado. Es cambiar el foco, porque siempre somos nosotres de quienes se habla”, destaca.
LA MÚSICA
Cometravas, como se dijo, es también la primera creación musical de Jaina Pajor, y está disponible en Spotify. Ella reconoce que esta muestra es más una investigación que u experimento social. “Aunque me quise correr de que sea una investigación formal. Es interpelar chabones con preguntas que son experiencias nuevas. Entiendo que el deseo no está muchas veces racionalizado”, pero le llamaba la atención que no se hubiesen hecho estas preguntas antes alrededor de sus elecciones.
“Quise jugar con que en las capturas que no aparezca mi voz, como en la técnica de una encuesta, y recién en la canción que aparezca mi voz. Como ‘esto es lo que yo tengo para decir’. Quería ser muy honesta en mi angustia, no hacerme la superada ni bardearlos, sino dejar en claro que es una situación de angustia; de saber que vas a estar con alguien que no te va a amar en público”, señala.
Me parece muy clave ir por diálogo y por construir puentes”, dice sobre el sentido de su arte y su voz pública.
“Me parece muy clave ir por diálogo y por construir puentes”, dice sobre el sentido de su arte y su voz pública. “Es mas fácil que un varón cis se cruce con una publicación a que vaya yo a pararme y hablar en un sindicato y me escuchen. Venimos mucho del taque y de subestimar al otro, por eso pienso que lo afectivo y lo emocional atraviesa a todo el mundo”, detalla. “quiero ser algo distinto a ellos, la psiquiatría del siglo XIX”, que buscaba juzgar, analizar y finalmente patologizar a las identidades trans.
El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Este hecho fueun hito histórico y un paso importante para que la orientación y la identidad sexual empezaran a ser aceptadas como parte intrínseca de la diversidad existente.
“Aparece mi voz en la música, y es lo que quiero seguir haciendo”, culmina. Ante tantos procesos donde se niega a su cuerpo y su voz “no me arrepiento de mi identidad y pasado como puto, porque hace quien soy ahora. Hay registros que no manejamos y la historia nos desborda”, reflexiona al final.