José de San Martín había nacido el 25 de febrero de Yapeyú, en la provincia de Corrientes. Fue una figura clave para la concreción y la consolidación de la independencia política Argentina y contribuyó de manera decisiva en los procesos independentistas de Chile y del Perú. Fue un hombre indispensable para la emancipación de los pueblos americanos.
“En el último rincón de la Tierra en que me halle estaré pronto a luchar por la libertad”, dijo.
“Necesitamos pensar en grande: si no lo hacemos, nosotros tendremos la culpa”, le escribió San Martín al diputado por Mendoza Tomás Godoy Cruz dos meses antes de la declaración de la Independencia, en mayo de 1816. Habían transcurrido ya seis años desde la Revolución de Mayo “y los enemigos victoriosos por todos lados nos oprimen”, justificaba. Tenía claro en ese momento que debíamos ser libres para poder, así, empezar a ser libres del yugo español, un pueblo de hombres y mujeres libres y no uno de súbditos insurgentes.
Un año después, en 1817, San Martín completaría una de las gestas más extraordinarias de la historia: el Cruce de los Andes. En pocos años, logró la liberación de Chile y preparó el ascenso hacia el Perú.
Luego de la histórica entrevista de Guayaquil con Simón Bolívar, en 1822, se puso a disposición y le entregó el mando de sus tropas al jefe militar venezolano, otro héroe de la emancipación americana.
En ese gesto San Martín privilegió el bien común por sobre los personalismos para reforzar el movimiento independentista que vivía América. Entendió que debía dar un paso al costado y no generar un conflicto que pudiera poner en riesgo los logros que ya se habían alcanzado en la región.
“Mis promesas para con los pueblos en que he hecho la guerra están cumplidas: hacer su independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobiernos”, explicó entonces.
El 17 de agosto se conmemora el 171° aniversario de la muerte del general José Francisco de San Martín, nuestro Padre de la Patria, protagonista fundamental de la libertad de Argentina, Chile y Perú.