En el Delta del Paraná, importante humedal que abarca 17.500 km2 y cubre a las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, persisten los incendios. De acuerdo a un monitoreo realizado por la organización ambientalista Greenpeace, entre enero y mediados de este mes, se registraron 3.712 focos, la cifra más alta para ese periodo en los últimos 9 años. La organización exige, a su vez, que se penalicen las quemas y se introduzca nuevamente la figura de delito penal en el proyecto de Ley de Humedales.
“En 2020, el Delta perdió cerca de 300.000 hectáreas producto de los incendios, que en un 95% se producen por la actividad humana de acuerdo a datos oficiales. Agosto fue el mes más crítico. Este año, lejos de ser diferente, se registra un nuevo récord para los primeros meses, que suele ser la temporada con menor registro de incendios. Una vez más queda demostrado que necesitamos urgentemente la sanción de una Ley de Humedales que proteja al Delta y al resto de los humedales del país”, sostuvo Leonel Mingo, coordinador de la campaña de humedales de Greenpeace.
Los incendios, además de generar daños graves en el ecosistema y en la flora y fauna autóctona, impactan directamente en la salud, sobre todo de las comunidades aledañas. Un monitoreo realizado por la Universidad Nacional de Rosario ha mostrado que, ante el fuego en las islas del Delta del Paraná, los valores de contaminación en el aire superan más de 5 a 6 veces lo admitido por ley. (2)
“La quema de pastizales compromete la salud de niños y adultos, personas con cuadros de asma, alergias, enfermedades pulmonares crónicas, fibrosis quística o cardiopatías. En tiempos de pandemia, comprometer el bienestar de los ciudadanos como resultado de las quemas en el Delta e incrementar la demanda al sistema de salud y consultas a servicios de emergencia, debería guardar responsabilidad penal”, agregó Mingo.
La ganadería y la industria inmobiliaria son identificadas como las principales responsables de la modificación del humedal. De acuerdo a datos del INTA, actualmente se estima un millón de cabezas de ganado en el Delta. “El Delta quedará expuesto a una seguidilla de fuegos para renovación de pasturas constante, que sigue ocurriendo año a año como resultado de que no se penalicen los incendios ni se fortalezcan los mecanismos de prevención”, finalizó Mingo.