
Con el respaldo de sus habituales aliados, el Gobierno alcanzó aprobar un proyecto en simultáneo de una nueva movilización en las inmediaciones del Congreso. Como la propuesta validó un DNU y se consiguió un dictamen de último momento, el oficialismo sólo necesitaba mayoría simple de una Cámara para aprobar una nueva toma de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El presidente Javier Milei celebró la medida en sus redes sociales.
Al bloque libertario se le sumaron los respaldos del PRO, radicales, bancadas provincialistas y de la Coalición Cívica: el resultado final fueron 129 votos a favor, 108 en contra y 6 abstenciones. Hubo 13 ausencias. El oficialismo había solicitado el encuentro el lunes aún sin tener dictamen, pero esa tarea fue finalizada el martes por la noche, en un encuentro tenso en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo que salió de la parálisis para rubricarle el proyecto que aprobaría nuevas operaciones de crédito con el FMI.
Esa fue la estrategia que encontró el Gobierno para institucionalizar la toma de deuda y evitar sujetarse a los parámetros de la Ley N° 27.612, conocida como Ley Guzmán, que propone que el Congreso sea quien apruebe los programas de endeudamiento de la Nación con organismos extranjeros. A través del DNU 179/2025, rubricado por Javier Milei y todos los miembros del Gabinete, eludió este paso. El ministro de Economía, Luis Caputo, señaló que aún no está definido el monto del potencial préstamo del FMI.
El DNU 179/2025, emitido el 11 de marzo, aprueba «las operaciones de crédito público contenidas en el Programa de Facilidades Extendidas» con el FMI, con un vencimiento de pago en el 2035. No se precisa el monto, pero detalla que se utilizará para afrontar los pagos pendientes de acá hasta el 2029.
Como escenario sintomático, además de la inestabilidad cambiaria de los últimos días, se pueden revisar las exposiciones de dos de los funcionarios enviados por el Gobierno para defender el nuevo programa de endeudamiento a la Bicameral que dictaminó el proyecto. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, explicó que «a través de esta operación de crédito público vamos a fortalecer el Banco Central y poder reducir la volatilidad de las variables macroeconómicas». Por su parte, José Luis Daza, secretario de Política Económica, planteó que “este programa permitirá bajar las chances de caer en una crisis hiperinflacionaria”.
Las particularidades al inicio de la sesión fueron las ausencias para el quórum de las libertarias Marcela Pagano y Rocío Bonacci y el aval del peronista Roberto Mirabella (que se fue de Unión por la Patria en diciembre).
Entre los respaldos al decreto que valida el nuevo ciclo de endeudamiento con el FMI, el bonaerense Juan Manuel López (Coalición Cívica) indicó que «no es la herramienta ideal«, pero lo apoyarán «frente al espanto que vemos en estos días”. Luego criticó al oficialismo, al que acompañaron en la sesión: “Yo no sé cómo van a hacer en octubre para pedir el voto. Después somos otros los que ponemos la mesura y la racionalidad».
En contrapartida, y pese a que su bloque tiene postura dividida, el bonaerense Nicolás Massot (Encuentro Federal) que hubiese apoyado el endeudamiento «si entraba por ley, con presupuesto vigente o, de mínima, con un presupuesto reingresado con las variables actualizadas y la predisposición del oficialismo para abandonar la discrecionalidad autoritaria”. A su vez, consideró que existe una «extorsión colectiva» por parte de «un Presidente amante de la acumulación de poder».
Minutos después fue el turno del titular de la bancada de la Unión Cívica Radical, el cordobés Rodrigo de Loredo, quien dijo que «nuestro bloque, una vez más, viene a ayudar a un gobierno que no integra en un momento crítico”. “Ese es el comportamiento que nuestro bloque va a volver a tener, para evitar que Argentina tenga peores consecuencias”, insistió aunque aclaró que el nuevo empréstito “no resuelve el fondo de la cuestión”: «Vamos al FMI porque no tenemos dólares, porque estamos flacos de dólares y están flacas las reservas”.
Desde el radicalismo opositor de Democracia para Siempre, el bonaerense Facundo Manes argumentó su negativa porque entendió que una nueva toma de deuda representa una irresponsabilidad “institucional, económica y política”. “No hay margen para la interpretación ni tampoco hay margen para improvisar sobre la Constitución. El acuerdo no se puede hacer de espaldas a la sociedad, por decreto y sin discusión en este parlamento”, analizó.
Entre los diputados de Unión por la Patria, el tucumano Pablo Yedlin opinó que «este Congreso podría dar una señal clara de que si quiere el Gobierno una ley para apoyar su acuerdo con el FMI, que nos mande un informe técnico y una ley para que la aprobemos. Nosotros la vamos a trabajar para aprobarla». «Se ha creado una falacia de antiperonismo: por cualquier cosa que queremos apoyar están dispuestos a no acompañar, a pesar de lo que diga la Constitución, las leyes y los reglamentos de la Cámara», concluyó.