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El Museo Nacional de Bellas Artes de Chile exhibe una Exposición sobre la Masacre de Napalpí

Se reúnen obras de la artista Qom, Fiorella Gómez, descendiente de sobrevivientes de la Masacre que dieron testimonio en el Juicio por la Verdad.

El Museo Nacional de Bellas Artes de Chile tiene en exhibición hasta el 18 de mayo , la exposición “Yo empecé a pintar cuando mi abuelita empezó a perder la memoria”, que reúne obras de Fiorella Anahí Gómez, artista de la nación Qom y de Camila Barcellone y Paola Ferraris, quienes realizan un ejercicio de memoria en el contexto de los 100 años de la Masacre de Napalpí , con la curaduría afectiva de Kekena Corvalán.

La exposición se enmarca en una línea programática del Museo , asociada a una mirada de valoración a los Derechos Humanos y como un proyecto que constituye un momento de reflexión sobre las historias de memorias de nuestra región y territorios, de sus comunidades y sus pueblos originarios. La muestra trae a la memoria activa un violento capítulo de la Argentina, recuperado para su trascendencia y transmisión a las futuras generaciones.

Mediante diversas obras desplegadas desde relatos en primera persona que interrogan los recuerdos, a través del dibujo y la pintura se indagan las memorias de la Nación Qom en una secuencia de propulsión del recuerdo, trasladado a la expresión artística de Fiorella Anahí Gómez perteneciente a la comunidad.

Fiorella comienza a pintar su historia familiar cuando su abuela Matilde (sobreviviente de la masacre Qom) le abre la narración de esta tragedia, ante su noción de la pérdida de memoria. Así también comienza un proceso de recuperación de la lengua originaria. La muestra incorpora a Camila Barcellone y Paola Ferraris en una trilogía colaborativa; con el acompañamiento afectivo de Kekena Corvalán en el ejercicio curatorial, desde una vinculación establecida como colectividad.

Reseña biográfica de Anahí Fiorella Gómez

Artista de la Nación Qom, de Colonia Aborigen Lote 38, Argentina. Nieta de sobrevivientes de la masacre de Napalpí, utiliza la pintura y el canto para preservar la memoria de su comunidad y dar voz a quienes fueron silenciados en 1924. A través de sus obras, captura el espíritu, las luchas y las emociones de su tierra, manteniendo viva la cultura de su pueblo.

 

La Masacre de Napalpí en la reseña del Museo

 

El 19 de julio de 1924, en el territorio del Gran Chaco, Argentina, ocurrió un violento episodio en el que fueron asesinados cientos de trabajadores de las comunidades Qom, Mocoit y Vilela. Estos hechos se enmarcaron en un contexto de restricciones territoriales y laborales impuestas a las comunidades indígenas, quienes vivían en condiciones precarias y enfrentaban limitaciones en derechos fundamentales como la educación y la salud.

Durante 1924, las comunidades llevaron a cabo huelgas pacíficas en demanda de mejores condiciones de vida, incluyendo el pago en dinero por su trabajo. En respuesta, fuerzas de seguridad cercaron a los manifestantes, resultando en una masacre que dejó un saldo estimado de casi 500 víctimas.

La masacre es considerada un genocidio indígena, en el que se utilizó por primera vez un avión militar argentino. Las consecuencias incluyeron un profundo impacto cultural y el silenciamiento de las tradiciones y lenguas indígenas por parte de los sobrevivientes, quienes buscaron proteger a sus descendientes.

En mayo de 2022, se llevó a cabo un juicio histórico en el que se reconocieron oficialmente los hechos de 1924 y se dictaron medidas reparatorias. Este juicio calificó la masacre como un crimen de lesa humanidad.

Cooperativa La Prensa

Cooperativa de Trabajo y Consumo Ltda La Prensa

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