El decreto aclara que el organismo continuará manejándose de manera descentralizada, en la órbita de la Secretaría de Transporte, a través de la Subsecretaría de Transporte Aéreo a cargo de Hernán Gómez, que ahora tendrá la responsabilidad de coordinar el accionar de la Administración.
La medida implica el desplazamiento de Gustavo Marón, hasta el momento a cargo del organismo contralor de las actividades aéreas y como interventora fue designada María Julia Cordero, quien ya estaba cumpliendo tareas en la Secretaría de Transporte, a través de la Subsecretaría de Transporte Aéreo.
Según indicaron fuentes oficiales, la medida es impulsada debido a la degradación regional de nuestro país en materia de aviación civil y destacan que, “en los últimos años, fueron realizadas auditorías externas cuyas últimas inspecciones han identificado más de 80 hallazgos que afectan áreas como capacitación del personal técnico, información relativa a la seguridad operacional, otorgamiento de licencias, certificaciones, autorizaciones, obligaciones de vigilancia o resoluciones de seguridad operacional”.
Especifican que “mantener este nivel de situación podría desencadenar en una baja de la categoría internacional afectando la actividad aerocomercial y generando un impacto negativo en la industria”.
En la práctica, y de acuerdo a lo que consignaron fuentes aeronáuticas a NA, la decisión se toma a partir de que a partir del Decreto de desregulación de la actividad aérea recientemente sancionado, la ANAC cobra un papel esencial, toda vez que será la encargada de definir parámetros esenciales para el funcionamiento de la aviación en el país.
Dado que los trámites para autorización de rutas y operaciones ahora se han simplificado notablemente, queda en manos de la ANAC la tarea de la regulación de las cuestiones de seguridad operacional, tanto de las aeronaves como de los aeropuertos o aeródromos.
Ante esto, y frente a una serie de cuestionamientos que se venían dando interna y externamente sobre el accionar de Marón, es que se resolvió “cortar por lo sano” con una intervención destinada a “poner en caja” el sistema.
Ya desde ATE ANAC, el gremio que nuclea a parte de los controladores aéreos habían cuestionado la gestión de Marón aduciendo que “no hay desarrollo Aerocomercial con una ANAC sin capacidad operativa y sin valorizar su capital humano”.
Los cuestionamientos también venían desde adentro con críticas a que el Administrador prefería reunirse con usuarios y hacer lugar a lo que ellos opinaban en lugar de atender lo que decían y reclamaban los técnicos del organismo, dilatando decisiones esenciales para la seguridad operacional, particularmente en lugares como Aeroparque, donde las decisiones tienen consecuencia directa con las operaciones. “No escucha”, dijeron a NA fuentes consultadas sobre la situación.
Eso sumado a la desafectación de personal que, si bien venía de gestiones anteriores, eran idóneos y capacitados para su función, hizo que la situación se tornase riesgosa de continuar en las mismas condiciones.
Ahora la interventora deberá:
- – Elaborar y elevar a la Secretaria de Transporte un informe del estado de situación del organismo.
- – Relevar la actual estructura del organismos y determinar una reorganización funcional y operativa.
- – Evaluar e informar sobre el estado financiero del organismo.
- – Implementar cualquier otro mecanismo tendiente a agilizar y digitalizar los procesos del organismo.
Desde la Secretaría de Transporte señalaron que, “en este contexto, surge la necesidad de generar una reestructuración con plazos y procedimientos de excepción, por lo que la intervención resulta el instrumento más idóneo y adecuado para esa tarea. Este trabajo requiere transformar a la ANAC en un organismo eficiente, ágil, acorde a las exigencias de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y que van en consonancia con las reformas que se están introduciendo en materia de desregulación del sistema aerocomercial”.
La Argentina, en el marco de las responsabilidades asumidas como miembro de la OACI, debe cumplir con las normas y métodos recomendados para la protección y la seguridad de la aviación civil. Esto significa armonizar su normativa interna, los procedimientos asociados y la organización de la matriz institucional del sistema aerocomercial de modo de mejorar la navegación aérea y contribuir a la seguridad de la aeronáutica civil.
La interventora María Julia Cordero es una profesional con amplia experiencia en el sector. Es abogada y especialista en políticas públicas. Ha trabajado en organismos públicos y empresas vinculadas con la actividad aerocomercial, sumando 17 años de experiencia en el sector.
Fue parte del equipo del Ministerio de Defensa cuando se emprendió el Proceso de transferencia del Comando de Regiones Aéreas y la creación de la ANAC. Se ha desempañado también en Aerolíneas Argentinas, en la Policía de Seguridad Aeroportuaria y en la Junta de Seguridad en el Transporte. Y estuvo trabajando durante la gestión de Mogetta como asesora de la Subsecretaría de Transporte Aéreo, en la desregulación del sector aerocomercial y en los convenios por cielos abiertos con distintos países.
Fuente: Noticias Argentinas