Hasta noviembre ya habría realizado un ajuste sobre las cuentas del Sector Público Nacional equivalente a al menos 3,7% del PBI, suponiendo que el superávit financiero acumulado del mes se haya mantenido en torno del medio punto.
De mantenerse el ritmo de ajuste actual, el año cerrará el próximo 31 de diciembre habiendo realizado un ajuste fiscal equivalente a 5 puntos del PBI, teniendo en cuenta que en diciembre de 2023 el acumulado había sido de un quebranto de 4,43% del PBI. Es decir, el gobierno logró revertir el rojo del año pasado y para ser más convincente con el mercado, le sumó al menos medio punto de superávit fiscal.
Para ello aplicó “motosierra” sobre las jubilaciones, el gasto de capital y las transferencias discrecionales a las provincias. En el caso de los jubilados, a lo largo del año aplicó un recorte de gastos del orden del 30%. En cuanto al segundo ítem, dejó de invertir en obras de infraestructura, algo que de no corregirse va a empezar a notarse en un mayor deterioro de rutas, caminos, puertos, energía. Y por otro lado, les recortó fondos discrecionales a las provincias en un 70%.