El 14 de febrero de 1988, el exboxeador y campeón del mundo, Carlos Monzón, asesinó a su pareja Alicia Muñiz, arrojándola desde el balcón del chalet que compartían en la ciudad de Mar del Plata.
La noticia tuvo una repercusión inmediata, incluso a nivel internacional, dada la popularidad de quien era considerado como una de las figuras indiscutidas del deporte argentino y el boxeo mundial.
Jorge Sánchez, reportero gráfico de la agencia nacional de noticias, fue uno de los primeros en llegar a la escena del crimen aquel día y sus fotografías del cuerpo de Alicia Muñiz tendida en el piso recorrieron el mundo entero.
A medida que avanzaba la investigación, comenzaron a trascender recurrentes situaciones y denuncias de violencia de género que involucraron a Monzón.
El caso Monzón contribuyó a visibilizar la violencia ejercida contra las mujeres en los medios de Argentina, un tema que hasta entonces no tenía la debida difusión, al punto que era calificado como “violencia familiar” o “violencia doméstica”, cuando no el famoso y criticado “crimen pasional”.
El 3 de julio de 1989 la Cámara Penal de Mar del Plata condenó a Monzón a 11 años de prisión por el homicidio calificado de Alicia Muñiz. Ese día, dejó de ser “el campeón” para pasar a ser el autor de un crimen repudiado por toda la sociedad.
Pasaron varios años hasta que se empezara a hablar de femicidios, aunque quizás el caso Monzón contribuyó a abrir parte de ese debate postergado durante demasiado tiempo.