Cristina Kirchner visitará este miércoles un escenario que le es familiar, los tribunales de Comodoro Py 2002, pero en un contexto casi desconocido: no irá como acusada de nada, sino como víctima de un atentado que pudo –y acaso lo haya hecho- cambiar la historia política de la Argentina.
La expresidenta será testigo del intento de magnicidio en su contra. Sus abogados, José Ubeira y Marcos Aldazábal, no saben qué dirá y, por supuesto, tampoco se lo preguntaron. Se trata de una situación incómoda: la sola evocación de lo que ocurrió aquella noche del 1 de setiembre de 2022 la perturba. Si pudiera evitar la declaración presencial ante el Tribunal Oral Federal número seis, sin dudas la evitaría. Pero, al mismo tiempo, experimentará una sensación extraña: los tribunales federales de Retiro siempre le son hostiles; esta vez, no.
Cristina Kirchner está citada a las 9.30 y concurrirá para contar todo lo que vivió en esa secuencia de la que se enteró cuando ya había pasado. Espera preguntas por parte de la fiscalía y de las tres defensas, pero no de su propia querella. En todo caso, si al final de la ronda hubiera quedado algo pendiente, entonces sí intervendrán Ubeira y Aldazábal para que todo quede consignado en su relato.
Cristina Kirchner será la única testigo que declarará este miércoles. No obstante, su testimonio no se insinúa muy extenso.
Los jueces Sabrina Namer, Adrián Grunberg e Ignacio Fornari prevén que habrá alusiones directas de la expresidenta a todo lo que no se investigó en torno al ataque: la creación del clima de violencia política, la irrupción en escena de la agrupación de ultraderecha Revolución Federal, el supuesto financiamiento de ese grupo a través de la empresa Caputo Hermanos –vinculada con la familia del actual ministro de Economía, Luis Caputo– y la pata política encarnada en el diputado de Juntos por el Cambio Gerardo Milman y su jefa, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Cristina sabe que nada de eso se podrá debatir en este juicio, en el que sólo están sentados al banquillo de los acusados tres marginales, de los cuales uno se hizo cargo –cual lobo solitario- de todo el atentado. Fernando Sabag Montiel, el primero en declarar, dijo que él y sólo él intentó matar a la entonces vicepresidenta y lo hizo porque el “chorra, asesina y trajo la inflación”.
La acusada Brenda Uliarte se empecina en presentarse como una persona que no comprende la situación en la que está inmersa (acaso con la intención de ser declarada inimputable). Y el otro, el líder de los vendedores de algodón de azúcar conocidos como “los copitos”, Gabriel Carrizo, está hoy más cerca de la absolución que de la condena.
Pero la estrategia de la representación legal de la expresidenta apunta a romper esa línea de corte, según la cual una vez condenado el autor material del intento de homicidio se terminó –judicialmente al menos- la historia del atentado.
“Los autores intelectuales y los financiadores duermen protegidos en Comodoro Py”
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner difundió un mensaje vía X, en el cual señala la impunidad de los autores intelectuales y financiadores del intento de asesinato, y vuelve a poner en foco parte de la tergiversación y ocultamiento que los medios de comunicación dominantes, hegemónicos, instalaron en el caso.
Acompañó su posteo con un elaborado video del colectivo Indisciplinadxs, el cual, en menos de tres minutos, comparte “una mirada despojada de cualquier subjetividad” según palabras de la propia Cristina.
Cristina reflexionó: “Iré a declarar al juicio oral que se le sigue a los autores materiales del intento de asesinato a mi persona perpetrado el 1 de septiembre del 2022. ¿De los autores intelectuales y de los financiadores?… Bien, gracias… Duermen protegidos por Comodoro Py”, recordó.
“De lo poco que se ha publicado sobre dicho proceso, en los medios de comunicación hegemónicos (que claramente lo han invisibilizado), siempre dirigen sus crónicas a acusar a la custodia que tenía como vicepresidenta como responsable del hecho. No me extraña. La hipérbole argentina a full en toda cuestión sobre mi persona”, analizó la ex jefa de Estado.
En esta línea, Cristina mencionó a un medio puntual, Clarín. “Cuando después del atentado, leí en la tapa de Clarín ‘La bala que no salió, pero el fallo que si saldrá’ (haciendo referencia a la ‘causa vialidad’), siempre pensé, que si la bala hubiera salido, ese diario habría titulado… ‘Finalmente, Cristina no supo esquivar la bala”, ironizó.
A continuación, la ex mandataria compartió un video del colectivo Indisciplinadxs, “con una mirada despojada de toda subjetividad”. Allí, en menos de tres minutos, Indisciplinadxs presenta un atentado que, por momentos, se parece bastante a un “film noir” pero que, tristemente, en la realidad se inscribe entre los mayores crímenes sin resolver del país.
“La denuncia se esfumó en el aire. En esta historia nada cierra. Quizás sea porque no es una película. En el cine, podemos quedarnos tranquilos porque sabemos que podemos volver a nuestra vida cotidiana sanos y salvos. La diferencia aquí es que no podemos apagar la pantalla. Las antorchas del odio han llegado a todos los niveles del poder. ¿Quién dio la orden de matar a Cristina?” pregunta, en el video, una voz en off.