La desigualdad en Argentina anotó su peor registro para un tercer trimestre desde la salida de la pandemia en 2021, como consecuencia del avance del empleo precario y el atraso en los salarios. El coeficiente de Gini creció del 0,434 al 0,435 en ese lapso en comparación con el mismo período de 2023, según informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
La evolución de la distribución del ingreso mostró que entre julio y septiembre, la brecha calculada entre los extremos de ingresos altos y bajos fue de 14 veces.
Por la caída de los salarios, el aumento de la tasa de ocupados demandantes es cada vez mayor y en el tercer trimestre registró un incremento significativo de 2,4 p.p. (15,2% vs. 17,6%).
Respecto a la población ocupada, se registró un ingreso promedio de $612.035 y un ingreso mediano de $500.000, equivalente al límite superior de ingresos del decil 5, bajo el cual se sitúa el 50% de las personas ocupadas.
El ingreso promedio de los primeros cuatro deciles de la población, ordenada según ingreso de la ocupación principal, fue de $200.163. El ingreso promedio del estrato medio -5 a 8- fue de $602.290, mientras que el ingreso de los deciles 9 y 10 fue de $1.455.768.
Respecto a la población asalariada, se registraron 9.562.508 personas con ingreso promedio de $640.470. El ingreso promedio de las personas asalariadas con descuento jubilatorio fue de $810.560 (+244,8% interanual), mientras que en el caso de aquellas sin descuento jubilatorio, el ingreso promedio equivale a $334.819 (+199,0% interanual).
Además, el ingreso promedio de la ocupación principal de las mujeres fue 27,7% menor al de los varones en el tercer trimestre de 2024.