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¿Cómo afrontamos psicológicamente esta cuarentena?

La licenciada Silvina Henin aportó una serie de recursos para reforzar los mecanismos psicológicos necesarios durante el aislamiento social en el marco de la emergencia sanitaria por la COVID-19.

A esta altura de la situación critica y dolorosa que estamos atravesando humanamente a nivel mundial, podemos ver cómo han empezado a manifestarse ciertas conductas a nivel personal. Diversos estados de ánimo que tienen mucho que ver con los efectos de una cuarentena a largo plazo, que se sigue extendiendo, al principio fueron 15 días, luego un mes, ahora parece que esto puede llegar a ser hasta mediados de mayo, (en algunas ciudades tendrán un levantamiento administrado, en otros no tanto, etcétera)  pero la cuestión es, que ya nos estamos dando cuenta de que no podremos manejarnos autónomamente como lo veníamos haciendo, ahora está claro que debemos esperar a que nos digan que hacer.

Este virus que se presentó así sin previo aviso, por lo cual estamos todos y todas cumpliendo con el aislamiento, ha sido un detonador de múltiples conductas, y ha traído muchas consecuencias.

¿Qué actitud estamos tomando frente a esto? ¿Cómo lo vamos afrontando?

Muchos autores ya han plasmado sus análisis y teorías acerca de la realidad actual que nos aqueja y los mecanismos psicológicos que van brotando en cada uno tanto en los que están acompañados como los que están transitando esto solos y solas. Las distintas reacciones emocionales que entran en juego, ante una situación que nos despista son innumerables, pero todas giran en torno a la ansiedad, la angustia, la irritabilidad, el pánico ante la posibilidad de infectarnos, miedo a los cambios que vendrán, etcétera.

Sin dudas que esto esta produciendo impactos muy grandes, en todos los países y en todos los ámbitos de la vida.

Y para clarificar y analizar cómo lo vamos transitando, me apoyo en la conocida psicóloga Pilar Sordo, investigadora y conferencista chilena, a quien escucho a veces por YouTube y con quien comparto muchos de sus de sus análisis de actualidad.  En uno de sus últimos videos: ¿Qué nos está enseñando el coronavirus?  nos brinda un argumento muy interesante donde describe que los impactos de la cuarentena se visualizan en tres tercios de la sociedad.

1- El primer grupo lo integran aquellas personas que pueden tranquilamente decir “no necesito el coronavirus para darme cuenta de que debo bajar un cambio en mi vida”.

Es la gente que ya venía haciendo procesos de reflexión, viviendo austeramente, siendo amables, solidarios, disfrutando de los buenos momentos. Buscando relajarse a través de la meditación y teniendo conductas de cuidado de la salud, higiene, contacto con la naturaleza y lo afectivo. A ellos esta cuarentena les vino a cerciorar de que lo que estaban haciendo estaba bien y que el camino era el correcto. Esta gente aprovechará el tiempo del aislamiento para fortalecer su interior y enfocarse en aquello que quieren profundizar en este momento.

2- El segundo grupo, son aquellos dice la autora, a los “que no les importa nada, sienten que esto es al vicio e inútil y no soportan estar encerrados, rompen la cuarentena, salen a pasear y se quejan de que todo está mal.  Esto les sucede porque les da miedo esta realidad y lo que de verdad puede pasar con el virus a nivel mundial.  Es esa gente que no sabe si se contagia, pero le da lo mismo, no porque no sean solidarios sino porque es gente que tiene mucho temor e inseguridad de reparar en que hay niveles superiores de vida y que esto nos va a llevar a cambios, nos guste o no”.

Desde mi parecer, estimo que estas personas no están dispuestas a cumplir el aislamiento, porque no quieren aceptar los cambios que les son impuestos, están acostumbrados a llevar todo controladamente en su vida y en algunos casos han llegado a un statu quo en el cual están muy conformes, aunque los temas cruciales de su vida están escondidos en el placard, por ejemplo: no están a gusto con sus parejas, con sus trabajos, con sus vínculos familiares y afectivos, etcétera.  Son personas a las que les cuesta mucho expresar sus sentimientos, no están habituadas a reflexionar y por ello evaden la realidad y la niegan. No porque no quieran, sino porque no pueden, en el fondo están resistiendo un proceso de dolor. Estas personas no están preparadas para las circunstancias y esto pasará para ellas como una anécdota más que contar.

3- El tercer grupo de personas, dice la autora, “viene a ser el grupo que está al medio, que no ocupa ninguno de los otros dos, pero que puede luego de que todo esto pase, pasarse para un lado o para el otro.  Es decir, tomar conciencia y generar cambios en su vida o irse hacia el lado del miedo y no hacer nada”.

Desde mi análisis creo que estas personas son las que hoy en día se están preguntando el para qué de todo esto, se han empezado a dar cuenta de que pueden cambiar algo en su vida, han entendido que deben quedarse en casa, para cuidarnos entre todos. Se han puesto a pensar en su interior y algo seguramente los movilizo, ya que se están preguntando sobre como venía su vida y ahora se cuestionan: ¿soy realmente feliz?, ¿debo tomar una decisión importante?, ¿tengo un sueño que quisiera cumplir? interpelaciones que nos llevan a tomar conciencia.  Están considerando, reflexionando “¿Qué estoy aprendiendo en este tiempo … qué me está dejando esta cuarentena?”. Si he comenzado a hacer un proceso en mí mismo, que me permitiera sobrellevar esta circunstancia empezando a escuchar o leer algo que sea constructivo.

Pues entonces que esto sea para generar un verdadero cambio en mi vida.  Que nos demos la posibilidad de hacer una verdadera introspección sobre nosotros mismos, que es con quien estamos ahora mucho tiempo, seguro se encontraran por momentos meditando sobre algo que les moviliza.

¿Que nos deja todo esto ciertamente? Es ahí donde apunta este escrito a una toma de conciencia, a un darnos cuenta, a un ir más allá de lo palpable.  Pensemos de una vez por todas, que esta movilización interior ha comenzado y se nos ha puesto al frente, entonces ¿vamos a seguir igual? O voy a aprovechar esta oportunidad que tengo para crecer internamente, o bien reforzar lo positivo que venía haciendo y descartar lo desagradable con lo cual estaba perdiendo mucha energía y ya no tiene sentido.  Vivir esto como una oportunidad y no como una desdicha.  Si es que esto de “estar solo o sola estos 30 o 40 días (o tal vez más) me está generando interrogantes” ¿Cuánto de cierto se ha ido metiendo en mi corazón para producir cambios estructurales o está siendo todo superficial?

La humanidad ha pasado a largo de su historia por epidemias letales, como la viruela que dejo más de 300 millones de muertes, el sarampión más de 200 millones, la gripe española en 1918 en solo 2 años hubo entre 50 y 100 millones de muertos. Claro está que el coronavirus no llega todavía a esta calamidad pero lo sorprendente es su rápida dispersión mundial en tan corto tiempo.  Lo que pretendo resaltar es que siempre hubo y habrá epidemias y pandemias, pero esta nos toca atravesarla a nosotros y si bien en comparación con las anteriores estamos mejor preparados y equipados desde los sistemas de salud, la tecnología, las comunicaciones, etc.  veamos en lo personal en que podemos contribuir para transitar este tiempo de la manera más constructiva posible.

 

De nosotros depende cómo nos tomamos esto y la actitud con que decidimos afrontar esta circunstancia. Aprovechemos este momento de introspección para sincerarnos con nosotros mismos y hacer que este proceso tenga sentido para nuestra propia vida.

 

 

Por: Silvina Henin. MP: 794 Ch. MP: 2862 Cba.

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