El sábado, apenas transcurridos 30 minutos de la medianoche, el bar cultural Macedonio celebraba los últimos minutos de un evento de poesía en la que se dispuso un micrófono abierto para que las personas puedan recitar producciones propias o leer algún poema de su agrado. Estaban en esta «comunión poética», en palabras del dueño del espacio, cuando interrumpió una comitiva de la Municipalidad, presentándose con una denuncia por ruidos molestos. Seguidamente, confeccionarion un acta y clausuraron el local. «Vinieron a cerrarme el bar», afirmó Claudio Fernández a este medio.
Fernández explicó que el evento se realizó en un rango de ruidos de lo más normal, inclusive explicó que los parlantes por los cuales se amplificaba el volumen de la voz de las personas que recitaba estaba dentro del local.
«Se hizo un recital de poesia congregado por un gurpo de poetas jóvenes, para juntar dinero para el próximo Guazú Poesía, un ciclo de poesía a nivel nacional que se gestó en una mesa de Macedonio. Esta era una propuesta de recitado, ocho poetas subieron en dos tandas a leer. En el intermedio se hizo un cadáver exquisito, donde participaron los clientes que estaban en las mesas, incluida la barra. Alcanzamos una comunión, en todo el bar se respiraba un ambiente poético», relató Fernández sobre la confortable noche de la que estaban disfrutando los clientes y artistas.
«El evento ya habia concluido y se invitó a los clientes a un microfono abierto. A las 00.30 llegaron los funcionarios. Es metafórico: considerar ruidos molestos a la lectura de poesía», sentenció irónico el propietario.
Hay nueva gestión y nuevos protocolos. Vinieron a cerrarme el bar. Vino gente, esta todo en orden, me hicieron un acta de infracción, implica una multa. Ahora no puedo entrar a mi bar, porque no puedo romper la clausura».
CINCO PERSONAS SIN TRABAJO
El acta de clausura de Macedonio, además de dejar imposibilitada la apertura hasta cumplir con los requisitos que pide el Municipio, dejó a las personas que trabajan allí sin la posiblidad de trabajar. La clausura implicará una multa de pago oneroso que perjudicará al propietario en estos momentos difíciles y de caída del consumo: «Los perjuicios que me trae son terribles, ahora mañana voy al Juzgado de Faltas. Tengo un personal de cinco personas que tienen que laburar mañana. Yo no puedo dejar a esa gente en banda».
Además, Claudio dijo que muchas veces ocurrió que se trataba de falsas denuncias, el Municipio corroboraba y se continuaba la velada en total tranquilidad. «El parlante estaba adentro. Cada vez que vienen por denuncias, ellos mismos constatan que son falsas. Hace dos años vengo laburando con un montón de imposiciones, no puedo usar más la vereda, sacar parlantes y vengo laburando con todos los acuerdos».
Finalmente, Fernández fue categórico y afirmó: «Hay nueva gestión y nuevos protocolos. Vinieron a cerrarme el bar. Vino gente, esta todo en orden, me hicieron un acta de infracción, implica una multa. Ahora no puedo entrar a mi bar, porque no puedo romper la clausura».