A solo horas de subirse al avión rumbo a Mendoza para visitar a Godoy Cruz en el Malvinas Argentinas, Boca Juniors sigue calentando motores en la búsqueda de tres puntos vitales para la pelea por el título de la Liga Profesional.
Tal como sucede cada semana, ayer el Xeneize entrenó a puertas abiertas y Hugo Ibarra no recibió buenas noticias ni de Darío Benedetto ni de Marcos Rojo.
Sabe que no podrá tener a disposición a los convocados Frank Fabra, Carlos Zambrano y Luis Advíncula, prende velas por Marcos Rojo, quien se mueve diferenciado por una molestia física que arrastra desde el último compromiso con Huracán. El capitán seguirá siendo evaluado en estos últimos ensayos: si se está al ciento por ciento será titular. Caso contrario, todo indica que será reemplazado por Gabriel Aranda.
Otro de los defensores que tampoco entrena a la par del grupo es Jorge Figal, aún en plena recuperación del traumatismo en su rodilla. Si el DT lo ve en condiciones, se adueñará del lateral derecho. Si no llega en plenitud, jugará Marcelo Weigandt y Facundo Roncaglia seguirá plantado en la zaga central. Agustín Sández, por su parte, ocupará en andarivel izquierdo.
BENEDETTO, DESCCARTADO
Si bien dijo presente a primera hora de ayer para volver a trabajar con sus compañeros después de la ausencia de anteayer por un cuadro febril, Pipa Benedetto estuvo unos minutos en el gimnasio, fue revisado por el cuerpo médico y se retiró de la práctica.
Sigue afectado por un problema estomacal y quedó descartado del choque con el Tomba. En su lugar estará Luis Vázquez.
En tanto, que el reemplazante de Aaron Molinas en mitad de cancha Juan Ramírez tiene todos los números puestos, pero no se descarta la posibilidad de Cristian Medina.
El posible equipo de Boca sería con Agustín Rossi; Marcelo Weigandt, Facundo Roncaglia, Marcos Rojo o Gabriel Aranda, Agustín Sández; Guillermo Fernández, Alan Varela, Martín Payero o Juan Ramírez o Cristian Medina; Luca Langoni y Luis Vázquez.
LA MALA NOTICIA PARA BOCA
La Bombonera hace rato que queda chica y los superclásicos con River como el de hace un par de semanas comprueban que es imposible que entren todos en un estadio habilitado para 53.000 espectadores, porque quedan afuera unos 250.000 socios.
Es por eso que la ampliación fue uno de los focos de discusión en las últimas dos elecciones y lo será también en las próximas de 2023. Porque las obras siguen pendientes y sin resolución a la vista, según acaba de confirmar el presidente Jorge Ameal, es una mala noticia para Boca.
«El proyecto en el tema económico estamos tratando de resolverlo y después necesitamos una zonificación por parte del Gobierno de la CABA. Los vecinos defienden sus intereses y nos parece muy bien, y nosotros vamos a defender el dinero de Boca. Vamos a ver cómo podemos hacer», dijo Ameal.
«Se necesita de una ingeniería económica financiera que la estamos trabajando. Tuvimos dos años de pandemia como todos; sin embargo, nunca paramos de trabajar con la idea y el proyecto. Yo podría decir es muy difícil. La Municipalidad tiene muy buena voluntad, lo hablé con el intendente. Después necesitamos el número de diputados de la CABA para cambiar la zonificación».