En 2023 en Argentina hubo 2.046 homicidios dolosos y 3.955 muertes viales, dos de los aspectos que más preocupan en materia de inseguridades. Sin embargo, hubo un factor que los superó por mucho a ambos: el número de suicidios. Se registraron 4.195, un 6% más que el año anterior.
Los datos se desprenden de del Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC). Las estadísticas fueron presentadas la semana pasada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien puso el foco en la reducción de los homicidios dolosos en la primera mitad del año, en comparación con un año atrás. Fueron 875 en la primera mitad de 2024, menos que los 979 de 2023, pero más que los 864 de 2022.
Por la complejidad del tema, se habla menos de los suicidios que de asesinatos, aunque sus cifras preocupen cada vez más. No sólo en Argentina. “Lamentablemente, la tasa de los suicidios se ha ido incrementando no solo en nuestro país sino también a nivel mundial. De acuerdo a datos de organismos internacionales, en América es la tercera causa de muerte entre jóvenes de 20 a 25 años según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de acuerdo a lo expresado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la depresión será la primera causa de enfermedad para el año 2050 en el mundo”, decía meses atrás a este medio Tatiana Moreno, psicóloga-psicoanalista y docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario, al analizar los aumentos de suicidios en Rosario, según datos de 2022.
El informe del SNIC publicado este año compila datos desde 2014. Ese año, los suicidios registrados a nivel nacional fueron 3.296, casi 900 menos que en 2023. Hasta alrededor de 2019, de acuerdo a esas estadísticas, las muertes viales superaban a los suicidios entre las muertes violentas. Luego, eso se invirtió.
En relación a las estadísticas de 2023, la provincia con más suicidios del país -ajustada por población- es Entre Ríos, con una tasa de 18,8. Gabriel Fernández, psiquiatra y director de Salud Mental de Entre Ríos, dijo a Clarín que a nivel local registran tasas más bajas que las que informó el Ministerio de Seguridad de Nación. Sin embargo, admitió que “Entre Ríos supera la media nacional”.
Una de las alarmas en esa provincia tiene que ver con el aumento de casos entre jóvenes. En los últimos dos años, dos chicos de 14 años se quitaran la vida: “Es algo que nunca había pasado antes en Entre Ríos. Es muy muy preocupante”.
La problemática viene en aumento. “Hay una tendencia que vemos en Argentina, según los datos oficiales, de leve alza. El año pasado hubo 394 suicidios adolescentes, mayormente varones, edad promedio 17 años. Y el año anterior hubo menos, 369”, comparó Javier Quesada, Especialista en Desarrollo infantil temprano y Salud de Unicef, en diálogo con Tiempo. “No tenemos otros datos como para cotejar –aclaró- Este tema generalmente es de mucho subregistro. No siempre se anota en una guardia hospitalaria, en un centro psicológico, salvo cuando interviene la Policía, el Poder Judicial. En ninguno de los casos tenemos facilidad como sociedad para registrar los intentos, que son como ensayos de. En Argentina (siempre según los datos oficiales) es segunda causa de muerte adolescente, la primera son siniestros viales (a veces, asociados a algún tipo de consumo).”
La falta de datos y el subregistro complican el abordaje del tema. En la Ciudad de Buenos Aires, por caso, el contraste entre los boletines epidemiológicos de este año y del anterior muestran una fuerte suba en los intentos de suicidio, pero la medición específica se oficializó recién en mayo de 2023. Según los datos consignados, hasta la semana 26 de este año (Boletín Epidemiológico 412, del 15 de julio) se registraron 104 intentos de suicidios en el distrito. Un año antes, sólo dos. El subregistro previo resulta evidente.
Los casos que trascienden tampoco alcanzan como parámetro. En las primeras semanas de junio se difundieron sobre todo en redes sociales varias situaciones de suicidios o intentos de en las vías. Incluso, con cuatro casos en un solo día. Sin embargo, según la consulta a Trenes Argentinos, hasta junio no registraban una cantidad de casos por encima del promedio.
“En general con los padecimientos de salud mental siempre hubo algo oscuro, de susto, si había alguien con alguna enfermedad psiquiátrica se lo escondía en la familia, no se hablaba. Siempre vino muy revestido de ocultamiento. Nadie ni en el pasado ni el presente tiene temor a explicar que un familiar tuvo un cáncer, pero indicar el tema del suicidio todavía hoy sigue trayendo alertas, temores”, señaló Quesada. Pero resaltó: “Con el caso de los chicos, hablar de estos temas ayuda a prevenir. Nuestra intención es siempre poner visibilidad sobre los temas que están invisibles, para que puedan decir lo que les pasa, lo que sienten. Transmitir un poco las sensaciones, los padecimientos, la tristeza, esas situaciones que van viviendo cotidianamente y pueden ser factores de riesgo. En nuestra campaña decimos mucho esto: hablar de suicidio ayuda a prevenirlo”.
“Es una temática que está invisibilizada. No es invisible. Está invisibilizada porque hay una intención social de que de esto no hablemos. Molesta, perturba. Con los chicos el ejercicio es el contrario. Poder identificar esas situaciones de angustia, tristeza, desolación, llanto descontrolado, dolor emocional, para que su bienestar psicosocial transite con más fluidez. Que no sea una cuestión de tristeza crónica que se les va instalando, porque ahí es donde aparecen las ideas”, insistió. “Y nunca naturalizar. ‘Bueno, estas son cosas que pasan, ya se te va a pasar’. Porque naturalizar es minimizar. Lo otro es no estigmatizar. Un chico que ha tenido un padecimiento o una situación de intento de suicidio en general recibe de muchos ámbitos en los que transita una discriminación. Se comenta por lo bajo. Aun cuando los jóvenes son más auténticos y no se horrorizan por estas temáticas, sigue habiendo entre adultos y entornos que deberían proveer cuidado -como instituciones de salud o educativas- una cuestión de mucha estigmatización”, alertó el especialista de Unicef.
El suicidio es una de las principales causas de muerte en adolescentes y jóvenes a nivel mundial. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cada año más de 703.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos: una muerte cada 40 segundos.
La psicóloga Débora Blanca, especialista en ludopatía, alertó sobre un incremento de casos de suicidios e intentos entre jóvenes con problemas de adicción al juego, en un marco de problemas crecientes en torno a este tema por la proliferación de apuestas online.
“Las apuestas online no son la única causa del aumento de suicidios o sus intentos en los jóvenes, pero sí un fuerte detonante. La cabeza que no para, no descansa, el aislamiento, las pérdidas de dinero, los créditos pedidos y perdidos en horas al seguir apostando para ‘recuperar lo perdido’. El insomnio, las deudas, los dealers en sus distintos formatos, la industria del juego y su voracidad, la publicidad, la no regulación del Estado. Y la lista podría continuar”, escribió en sus redes, tras recibir mensajes desesperados de madres de tres jóvenes menores de 25: una tras el suicidio consumado de su hijo y dos tras los intentos.
“La ludopatía siempre estuvo asociada al tema de los suicidios, intentos de suicidios y fantasías de muerte. Es una adicción que está muy emparentada al tema de la muerte, por las deudas, los préstamos, todos los circuitos complicados en los que entra el ludópata –explicó la especialista a Tiempo- A eso hay que anexarle que están creciendo los suicidios en el mundo en los jóvenes, es algo global. Si acá se disparó al ludopatía en pibes, no es para sorprenderse que aparezcan situaciones de intentos de suicidio o de intentos de muerte disfrazados, como accidentes, muchas veces pasa eso”.