Ayer se llevó a cabo una reunión entre los dueños de carnicerías y representantes de trabajadores frigoríficos. En el encuentro, cuestionaron la labor de los inspectores de Bromatología, a quienes describieron como “soberbios y con actitudes prepotentes”.
“En el 2016, cuando Capitanich era intendente de la ciudad, sacaron una resolución que decía que debíamos reenpadronarnos, y que esas nuevas habilitaciones -ya que supuestamente en las carnicerías peligran cuestiones de higiene- iban a durar entre un año y dos, no como la anterior, que duraba toda la vida. Si bien estamos de acuerdo con ello, los inspectores jamás nos informaron a nosotros”, expresó a elDIARIO de la Región el representante de la cooperativa Unidos, Luis Sotelo.
“Recién cuando salieron nuevamente los inspectores, luego de la pandemia, nos enteramos de esas nuevas normas. Ninguno de los trabajadores de carnicería lo tienen porque no sabíamos. Entonces te multan o te quieren clausurar. Otros pocos inspectores dan un término para tener esa habilitación”, acotó.
Además, cuestionó la labor de los inspectores. “Siguen llegando y multándonos. Te decomisan la mercadería que está en buenas condiciones por no tener la nueva habilitación”, dijo.
“Queremos que nos atienda el responsable de Bromatología. No estamos de acuerdo con esas inspecciones por los requerimientos que hacen”, solicitó Sotelo y sumó que “la carne no está en malas condiciones ni tiene mal olor, solo que a veces le faltan unos grados de lo permitido por el evidente calor de la provincia y los cortes de luz”.
Por último, mencionó que “después de salir de una pandemia que perjudicó a un montón de comerciantes, queremos la posibilidad de contemplación de plazos. Si meten multas, el negocio va para atrás. No digo que no podemos tener errores, pero calculamos que salieron a recaudar”.
ANTECEDENTES
La cooperativa Unidos tuvo el último 29 de diciembre fue sancionada por la Municipalidad de Resistencia tras un control bromatológico sobre carnes vendidas. El hecho puntual sucedió cuando uno de los matarifes independientes solicitó el servicio de faena de la cooperativa, que incluye incluso el sellado de control bromatológico hecho por la Subsecretaría de Ganadería de la cartera de Producción provincial.
El vendedor salió de la planta con 14 medias res selladas a las 6 de la mañana y a las 9, un control de la Dirección de Bromatología municipal detuvo para un operativo de rutina, en el que se les secuestró 14 medias res equivalen a un aproximado de $450.000, con irregularidades en el procedimiento.
En aquel momento, Sotelo había detallado que la veterinaria municipal controló la temperatura con un primer procedimiento engañoso, “ya que la temperatura se toma en la parte más gruesa de la res que es en el cuarto trasero, allí es donde más se mantiene el frío, y ahí la temperatura llegaba a los 8 grados. Sin embargo, la funcionaria municipal midió sobre el matambre que es lo más fino y expuesto “cada vez que se abre las puertas del camión en el reparto”.
Tras este procedimiento, la funcionaria envió el camión de carne hasta el frigorífico. “Nos responsabilizan a nosotros, que no tenemos nada que ver. Primero que no es carne nuestra, sino que hacemos el servicio (de faena) y lo otro, es que ya estaba el sellado (de Bromatología)”, afirmó. Luego del episodio, que incluyó exhaustivos controles de habilitaciones, intervino el Juzgado de Faltas.
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