Desde la organización comunitaria Al Fin Justicia para niñas, niños y adolescentes víctimas de abuso sexual estamos adhiriendo a la “Campaña Internacional de Madres Protectoras” que tiene por objeto visibilizar la violencia institucional que padecen, principalmente en el ámbito judicial, las madres cuando denuncian violencias o abusos sexuales hacia sus hijos/as.
En ese sentido, en los tribunales de familia y penales se continúa aplicando el falso síndrome de alienación parental (SAP) que plantea básicamente que niños y niñas alienados por sus madres mienten acerca de los abusos padecidos, en particular cuando se trata del progenitor.
Vale la pena recordar que este Falso síndrome ha sido desestimado por la OMS y el manual DSM-V de la Asociación Americana de Psiquiatría.
De esta manera, se niega la palabra de niños/as y dictaminan revinculaciones forzosas con el agresor, una práctica que es llanamente una tortura.
Con respecto a otras prácticas, desde Al Fin Justicia dieron cuenta que “otro mecanismo para obstaculizar el proceso de investigación de estos delitos es la denuncia por parte del agresor hacia la madre o adulto protector e incluso hacia los profesionales, en su mayoría psicólogas que realizan los informes que constituyen pruebas irrefutables, entonces la estrategia es desacreditar, hostigar y hasta amenazar al adulto protector”.
En relación a lo que sucede en nuestro país, la organización hizo referencia a “tres casos paradigmáticos de revinculaciones forzadas con niños, niñas y adolescentes con el progenitor agresor: el de la niña M. de La Rioja, la niña C. de Río Tercero y el niño V. en la ciudad de Córdoba”.
También otra de las aberraciones sucedió en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, “en que una madre, Silvina M. , quién denunció a su ex pareja en 2020 luego de que la niña le contara a su médica que había sido abusada por su padre”.
“La fiscal Alejandra Raigal decidió entonces imputar al hombre por el delito de abuso sexual simple calificado”.
“Posteriormente el imputado realizó en Fiscalía una denuncia contra Silvina M. por corrupción de menores. Si bien la madre no fue imputada, la Justicia avaló que el padre se constituyera como querellante en representación de la menor. Por esta denuncia Silvina M. debió sentarse en el banquillo de los acusados, y su ex pareja como acusador”.
Finalmente, desde la organización hicieron referencia a la violencia vicaria, término acuñado por la reconocida psicóloga clínica y forense Sonia Vaccaro, quien explica que “El agresor sabe que dañar, asesinar a los hijos, es asegurarse de que no se recuperará jamás. Es el daño extremo”.