A las 7.23 de la mañana del viernes, el tablero dijo que la interrupción voluntaria del embarazo dio un gran paso para convertirse en ley: la apoyaron 131 votos, que superaron a los 117 en contra; la cuenta sólo registró seis abstenciones. “Resulta afirmativo, se comunicará al honorable Senado”, dijo el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, mientras en el recinto los aplausos subían desde las bancas, tras 22 horas de sesión. Los festejos de la calle subían por las ventanas, como habían seguido sonando toda la madrugada: un mar verde que acompañó por segunda vez en dos años un reclamo histórico del movimiento de mujeres argentino.
CRONICA DEL DEBATE
A medianoche la votación quedaba lejos -entrada la madrugada, de acuerdo con los cálculos-, pero en los pasillos del recinto de la Cámara de Diputados el pálpito se inclinaba por un optimismo cauto: aunque los números finales variaban, los poroteos de diputadas, diputados y organizaciones del movimiento de mujeres se inclinaban a señalar que la votación sería favorable al proyecto de aborto legal. La mayor diferencia estribaba en la brecha que podían sembrar indecisos y abstenciones; también en la posibilidad de alguna sorpresa como las que dieron algunos (pocos) legisladores que, entre 2018 y 2020, cambiaron de parecer y, por tanto, dieron vuelta su voto (Flavia Morales, que había votado en contra, anunció que lo haría a favor). Más entrada la noche, mayor la diferencia a favor. Poco antes de las 10 de la noche, cuando había intervenido menos de un centenar de diputadas y diputados, se estimaba en cerca de 130 los apoyos y algo más de 110 los votos en contra.
Al recinto no llegaban los rumores de la calle, con sus manifestaciones de glitter verde de un lado y muñecos ensangrentados y cruces celestes del otro, pero los alrededores de las bancas sí tenían un ritmo propio. En los balcones, con vista al recinto, activistas históricas del feminismo argentino y de la Campaña por el Derecho al Aborto seguían el discurrir de la sesión, algo que era celebrado con aplausos cuando el presidente de la Cámara, Sergio Massa, lo anunciaba.
Inicialmente, se había estimado que la sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) podía votarse alrededor de las 2 de la madrugada, y la del Plan de 1000 días, cuyo tratamiento se había acordado a continuación, aproximadamente a las 4. Sin embargo, a medida que avanzaba la jornada los tiempos se estiraron. La hora estimada se extendía al calor de los discursos, que el presidente de la Cámara, Sergio Massa, trataba infructuosamente de mantener en línea, como había sucedido durante las primeras horas de la sesión. No había caso: con la caída del sol (algo que, recinto adentro, sólo podía intuirse), las intervenciones se excedían cada vez un poco más, y algunas cada vez eran un poco más crispadas y menos respetuosas de la regla de la casa, que impide diálogos entre diputados, para evitar confrontaciones en el debate.
Con el correr de las horas, los argumentos favorables a la ley abrían un abanico de razones: salud pública, derechos de las mujeres, historias personales, deudas con las hijas, nietas, abuelas, la urgencia, la prioridad, la presión de las juventudes. También los recuerdos amargos de mujeres muertas o severamente victimizadas por abortos negados o por abortos clandestinos, como Ana María Acevedo y la niña Lucía, cuyos nombres sobrevolaron reiteradamente la sesión.
Del otro lado, en apoyo a un dictamen de minoría que simplemente consistía en el rechazo del proyecto (y se basaba en dichos cuestionados seriamente que habían sido vertidos en las audiencias informativas por varios expositores), los argumentos fueron de las referencias bíblicas al cuestionamiento de cuáles son las prioridades o, inclusive, las creencias religiosas de la sociedad y la posibilidad de convocar a consultas populares.
PLAN 1000 DÍAS
A su vez, Diputados aprobó y giró en revisión al Senado el proyecto que crea el denominado «Plan de los 1000 días», que establece una protección integral a la mujer embarazada y al niño hasta los primeros tres años de vida.
La iniciativa fue aprobada por 196 votos a favor, ninguno en contra y 5 abstenciones, en el marco de la maratónica sesión en la que, previamente y tras un debate de más de 20 horas, la Cámara baja dio media sanción al proyecto de interrupción voluntaria del embarazo.
El Plan apunta a proteger a las mujeres más vulnerables que están embarazadas, y a sus hijos e hijas.
La iniciativa establece una nueva asignación por Cuidado de Salud Integral, que consiste en el pago de una Asignación Universal por Hijo (AUH) a concretarse una vez por año para ayudar al cuidado de cada niño o niña menor de tres años.
Además, amplía la Asignación Universal por Embarazo (AUE), que pasará de tener seis mensualidades a nueve, para abarcar la totalidad de la gestación.
También se amplía el pago por Nacimiento y por Adopción a las personas beneficiarias de la AUH, que hasta ahora están excluidas de este beneficio.
EL SENADO VOTA EL 29
El Senado prevé agilizar a partir del lunes próximo el tratamiento del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo aprobado en Diputados para votarlo antes de fin de año y, con esa meta, programa analizar la iniciativa en el marco de un plenario acotado de comisiones.
La iniciativa ingresó ayer mañana a la Cámara alta y rápidamente fue girada a las comisiones de Banca de la Mujer; (la única que no está integrada por hombres) Justicia y Asuntos Penales y Salud.
La presidenta de la Banca de la Mujer, Norma Durango, había señalado que el giro podría reducirse solo a dos comisiones para no extender los tiempos; Justicia y Salud, y señaló que se piensa en el martes 29 de diciembre como el día para la votación en el Senado.
Sin embargo, la presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, resolvió los giros ayer y fueron oficializados en las primeras horas de la tarde. (fuente: Página 12 y Télam)