Derechos Humanos

Sólo declaró Bettolli y el debate pasó a cuarto intermedio hasta el 17 de noviembre

Este viernes, tuvo lugar en la sede del Tribunal Oral Federal de Resistencia la declaración indagatoria del militar retirado José Tadeo Luis Bettolli, en el marco del juicio oral denominado Caballero II por torturas, violaciones y desapariciones forzadas en la ex Brigada de Investigaciones de la Policía de Chaco.  

Bettolli declaró por sistema de videoconferencia desde sede judicial en Capital Federal, donde cumple una condena por torturas de una causa anterior en el penal de Marcos Paz. El represor negó todas las acusaciones y manifestó ser “víctima de una persecución política por haber participado en la recuperación del Regimiento de Infantería de Monte, atacado por la organización Montoneros en 1975”. 

Se espera culminar la toma de indagatorias con la declaración de Luis Alberto Patetta, el 17 de noviembre. Luego de ello se evalúa la posibilidad de continuar con la incorporación de pruebas y demás documentales el 23 de noviembre y entonces declarar allanado el camino hacia los alegatos y el desenlace del juicio con la sentencia, probablemente entre fines de noviembre y principios de diciembre.

El Tribunal que preside los debates está conformado por los jueces Eduardo Ariel Belforte (presidente de Formosa) y Mario Alurralde (de Reconquista) Juan Manuel Iglesias y Delfina Deogens, (de Resistencia). Los dos primeros participaron en el Juicio Causa Masacre de Margarita Belén I.

La etapa de juicio oral comenzó el 16 de junio de 2016. Este es el cuarto juicio por crímenes de lesa humanidad en Chaco, continuidad de la causa “Caballero Lucio Humberto y otros s/tormento agravado” que comenzó el 5 de mayo de 2010 y culminó el 13 de diciembre de ese año, siendo el primer fallo por una causa de crímenes de lesa humanidad en la provincia.

UN “CUADRO”

Bettolli comenzó su declaración manifestando que reiteraba todos sus dichos de intervenciones anteriores y agregó una serie de fundamentos legales y jurisprudencia que avalarían su pretensión ante el tribunal: la nulidad del proceso y su absoluta desvinculación de los hechos que se le imputan. Cabe recordar que fue denunciado por los sobrevivientes que declararon en los debates como uno de represores encargados de realizar tareas de inteligencia contra Ligas Agrarias y militantes de toda la región, así como una suerte de “enlace” entre los mandos militares y el personal policial que operaba en la ex Brigada de Investigaciones.

Uno de los hechos que se le imputan es la desaparición de Pedro Morel y Sara Ayala, matrimonio de militantes de las Ligas Agrarias de la zona de Goya, Corrientes, que fueron vistos con vida por última vez en la Brigada de Investigaciones, a mediados de 1977 y con un estado de salud precario a consecuencia de los tormentos sufridos.

Juan Eduardo Lenscak, Vicente Canteros, Aníbal Ponti, y Rodolfo Sobcko  declararon en el presente proceso, (y también en la causa anterior denominada Caballero I donde Bettolli fue condenado a 25 años de prisión por torturas) y describieron al exmilitar como un cuadro político, muy formado e inteligente, que rara vez manejaba la picana, sino que dirigía los interrogatorios con preguntas precisas sobre el paradero de otros militantes perseguidos, estructura de las organizaciones, estado de la moral y demás cuestiones de interés.

El formoseño Lenscak declaró haber sido detenido en su domicilio por un comando armado liderado por Bettolli. “Tenía un timbre de voz inconfundible: ‘hablá o la vamos a traer a tu mujer’”, recordó que le dijo durante su detención mientras lo golpeaban.

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BETTOLLI

El imputado planteó que sus tareas de inteligencia consistían en la reunión de información sobre cuestiones de índole económica, social y política en la región referentes al impacto de la gestión del gobierno de facto y su recepción por parte de la comunidad para ser presentados a sus superiores. Tampoco reconoció tener relación alguna con los policías que revistaban en los grupos de tarea de la Brigada.  

“No tuve personal a mis órdenes, las órdenes las establecían autoridades militares superiores” se defendió. Respecto del destino final del matrimonio Morel Ayala, alegó que “hay una duda razonable sobre la presencia de los Morel Ayala en Resistencia” y rechazó cualquier tipo de participación en el caso.

Hacia el final de su descargo, reeditó argumentos de declaraciones anteriores: “Soy víctima de una persecución por haber participado en la defensa al Regimiento de Infantería de Monte N° 29 en Formosa, atacado por la organización Montoneros en 1975. Como no pudieron juzgarme en Formosa, vinieron a Chaco a intentar acusarme” afirmó. 

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