Policiales

Los familiares de Ariel Escobar reclaman el esclarecimiento del crimen

A tres años de la muerte de Ariel Escobar, un joven de 35 años que exigía una prueba de ADN a su padre y supuesto asesino, Rubén Rauch, su madre, Mabel Florentín, continúa su lucha en reclamo de justicia. Rauch, hasta ahora el único imputado, nunca pisó una cárcel por el crimen y goza de prisión domiciliaria por afecciones cardiacas.

En diálogo con elDiario de la Región, Mabel detalló cuál es la situación actual del caso y los hechos que llevaron a Escobar a la muerte. “Hace más de un año y medio que debían haber fijado una fecha para el juicio oral, pero por los diversos planteos de la querella eso nunca paso, mi motivo de seguir viva es encontrar justicia”, sostuvo.

La causa “Homicidio agravado por el vínculo” se encuentra, desde el inicio de las investigaciones, en la Cámara del Crimen Nº 3 y se espera que haya un cambio de fiscal, ya que la magistrada a cargo, Susana Lavagna, pidió licencia por enfermedad. Como si fuera poco, el pedido de justicia de la familia Escobar peligra por un nuevo problema de salud de Rauch, quien afirma tener cáncer de próstata.

Ante este nuevo panorama, la junta médica realizará los estudios necesarios para decidir el futuro del acusado y saber si está en condiciones de afrontar un juicio. La fecha fijada es el 26.

Aun así, Mabel afirmó que no pudo encontrar los especialistas necesarios para realizar los análisis médicos que confirmen las dolencias de Rauch. “Solo conseguí un urólogo que realice algunos análisis pero los oncólogos no quieren meterse en el tema”, lamenta y añade que duda de la veracidad de los estudios presentados por los médicos del acusado. “Y si fuera cierto que está enfermo, el juicio debió haber salido hace más de un año, ahora puede que el crimen de mi hijo quede impune”, remarcó.

LAS PRUEBAS DEL HECHO

El crimen ocurrió el 3 de junio de 2014, cuando Ariel salió a las 19.25 a encontrarse con Rauch en la estación de servicio YPF, ubicada en el cruce de la Ruta 11 y la avenida Alvear. Minutos más parte, alrededor de las 19.50, alertaron a la Policía que el cuerpo sin vida de un joven había sido arrojado desde una camioneta en la zona de Soberanía Nacional y calle 24. Se trataba de Ariel, quien tenía alrededor de 18 puñaladas en todo el cuerpo.

“Siempre se encontraban en ese lugar, era una cita pactada más, ellos tenían una buena relación, hasta que mi hijo le pidió un ADN, ahí las cosas cambiaron”, indicó Mabel y agregó: “nunca me hubiera imaginado que el propio padre de mi hijo podría ser el responsable o sospechoso de su muerte”.

La voz quebrada de Mabel refleja el dolor y la impotencia que siente desde el día que le arrebataron a su hijo. Según los peritos del caso, las pruebas en contra del acusado son clarísimas, desde el momento que quiso deshacerse de su camioneta, que luego fue encontrada escondida en Barranqueras, con ADN de Ariel dentro, hasta el intento de fuga de Rauch.

“Hay pruebas suficientes para comenzar el juicio y encontrarlo culpable, esas pruebas son por las que continúa con arresto domiciliario”, indicó Florentín, quien aseguró a que a su hijo “lo mataron por plata”. La mujer apuntó: “Lo hicieron desaparecer para no compartir la herencia del señor, quien es contratista y tiene diversos bienes”. Además, comentó que el padre de Ariel tiene tres hijos y cree “firmemente que están involucrados”.

El médico forense que examinó el cuerpo del joven determinó que Rauch no actuó solo, “mínimo tendrían que haber sido dos personas, por los golpes que recibió detrás de la cabeza”, señaló Mabel y recordó que “en la camioneta Ariel estaba sentado del lado del acompañante, según las hipótesis alguien lo golpeó de atrás y lo sostuvo por el cuello”.

Llegaron a estas conclusiones porque Ariel, semanas atrás de su muerte, tenía la clavícula rota y durante la autopsia se determinó que esa misma clavícula estaba totalmente destrozada.

“Él sabía que mi hijo tenía ese problema, por eso lo atacaron de atrás para reducirlo”, remarcó Mabel.

A todo esto, se suman las diversas escuchas telefónicas en las que se advierte una presunta confesión por el crimen. “En los diálogos, ellos dicen qué hacer con la camioneta y piden que el ADN salga negativo”, señaló Mabel, cosa que no fue así, ya que los estudios revelaron que Ariel definitivamente era hijo de su presunto asesino.

Ante la desesperación, Florentín recurrió a la Procuración General y confía que puedan ayudarla a acelerar la causa. “Fui a hablar con el doctor Leoni, quien me confirmó que una vez terminada la feria judicial, hablaría con la fiscalía para ver qué pasa con el caso”, expresó.

 

 

 

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