“¿Luciana buscaba con la cara su cuchillo? -Creería que no. ¿Luciana puso la cara cerca de su cuchillo, buscaba con la cabeza su cuchillo, para autolesionarse? -No sé cuáles son las lesiones de ella. Conteste lo que le pregunto, ¿Luciana buscaba con su cara lesionarse con su cuchillo? Creería que no…”. Ese diálogo entre el fiscal Jorge Gómez y Germán Cazal Ortíz pudo escucharse durante la primera jornada del juicio oral que culminó ayer con una condena a 20 años de prisión para el imputado (máximo establecido por ley), como “autor responsable de los delitos de homicidio doblemente agravado por el vínculo y femicidio en grado de tentativa, en concurso real con lesiones leves, y amenazas”. Así lo estipula el fallo con carácter unánime, que lleva las firmas de las juezas Glenda Vidarte, Lucía Casas de Sanchís y Alicia Cáceres y fue dado a conocer ante una sala repleta en la sede de la Cámara del Crimen I.
La sentencia (N° 172/17) viene a confirmar la verdad de los hechos denunciados por la familia Romero, y soslaya la endeble versión del condenado, que en ningún momento demostró arrepentimiento ni pudo justificar el violento ataque del que da cuenta el diálogo con el fiscal y varios de los testimonios ventilados en el juicio, desde su inicio el 5 de junio.
En ese sentido, cabe remarcar que las lesiones propinadas a Romero fueron el resultado de un proceso de años, en el marco de una relación signada por los celos y el autoritarismo de Cazal para con Luciana Romero, con quien tiene una hija pequeña. Harta de sufrir el control económico y de todo tipo, la joven decidió separarse y entonces comenzaron las amenazas y persecuciones varias.
“Si quiero matarte lo puedo hacer en dos minutos”, “tengo a la nena, la voy a matar y nos vamos a ver en el más allá”, “a tu viejo lo denuncié cuatro veces, así que lo puedo matar y salgo en dos meses por defensa propia”, “a tu mamá la veo todos los días cuando toma el colectivo, la puedo lastimar”, fueron algunas de las amenazas proferidas por Cazal en varias oportunidades, según manifestaron en sus declaraciones tanto la víctima, como su padre, Agustín Romero, hasta el desenlace con el brutal ataque sufrido durante la tarde del 1 de julio de 2016 y la embestida de Cazal cuchillo en mano contra su expareja.
Todo ello fue tenido en cuenta por parte del abogado querellante Pablo Vianello y el fiscal de Cámara Jorge Gómez al momento de elaborar el pedido de la pena.
FALLO EJEMPLAR
Respecto del fallo en cuestión, se trata de la condena por mayor número de años para un caso de tentativa de femicidio, registrándose como la más alta hasta ayer una condena por un hecho similar en Córdoba, por 17 años de prisión según pudo saber elDIARIO de la Región.
El querellante Vianello manifestó a este matutino: “Esta sentencia sienta jurisprudencia a nivel nacional”, además afirmó: “Toda la situación que vivió Luciana la pudimos ver en cada uno de los testimonios, Cazal fue de menor a mayor, y eso se vio en este juicio, comenzó con una escena de celos, luego un insulto y todo eso fue sumándose, es la teoría de la ventana rota, sin límites, es obvio que estas cosas avanzan”.
Asimismo, las magistradas resolvieron el inicio de una investigación para deslindar responsabilidades respecto de no habérsele brindado a la víctima el auxilio necesario para el resguardo ante hechos de violencia de género con anterioridad a los hechos del 1 de julio, ya que la joven y su familia denunciaron en reiteradas oportunidades las amenazas y la persecución que por parte de Cazal.
Incluso Romero hizo una denuncia en la Comisaría de la Mujer y pidió un botón antipánico, el cual no le fue entregado, todo ello un mes antes de la agresión que originó el juicio oral.“Denunciamos en primera instancia que había cinco denuncias anteriores, que la Policía nunca lo buscó, y que había un pedido de restricción y acercamiento, por ello consideramos que esto se podía haber evitado”, subrayó Vianello.
“VOLVER A VIVIR”
La audiencia comenzó pasadas las 11.20 y no duró ni cinco minutos, ya que el trámite consistió en la lectura de la parte resolutiva, es decir, el monto de la pena y las costas (los considerandos y fundamentos serán presentados por el tribunal el 24).
El primero en ingresar a la sala fue el imputado, acompañado de su defensor, Julio Quiñones, luego el resto del público y la prensa. Por último, ingresó Luciana, quién se ubicó a un costado, junto con su madre, ambas rodeadas por un numeroso grupo de allegados. En el otro extremo, se situó el padre del procesado, acompañado por una pareja de jóvenes, junto a una ventana desde la que podía verse a un grupo de mujeres que se instalaron frente al edificio de la Cámara, por avenida San Martín, con banderas y pancartas con leyendas como “Vivir sin miedo es nuestro derecho”, “Acá estamos las hembras, y no necesitamos macho alfa” y reclamos de justicia para la joven Tatiana Kolodziey.
Luego de que los fotógrafos “ametrallarán” a flashes a Romero y familia, ingresaron las juezas por secretaría se comunicó el monto de la pena, originando el aplauso y de la mayoría de los presentes, y la descarga emocional por parte de Luciana y su madre. Cazal Ortiz, siempre de espaldas al público, no emitió un solo gesto, al igual que sus familiares, que se perdieron entre el gentío una vez que fue liberada la sala.
Consultada por la prensa Luciana agradeció el acompañamiento de la comunidad y afirmó que la sentencia “es una oportunidad para volver a vivir, y una victoria para todas las mujeres”. También destacó el papel de su padre, declarante en el juicio y también herido por Cazal: “Me salvó la vida y me cuidó todo ese mes anterior, en el que estábamos él y yo solos”, afirmó.
TENTATIVA DE FEMIDICIO
El hecho ocurrió en las inmediaciones del Hogar Teresa de Calcuta por avenida 9 de Julio, en la tarde del 1 de julio de 2016 cuando Luciana y su padre volvían en auto del trabajo de la joven fueron embestidos por Cazal, a bordo de su remís.Presa del pánico, Luciana intentó salir del coche y correr, pero Cazal la tomó de los pelos y la tumbó al suelo, dónde comenzó a atacarla con un cuchillo. El padre intentó golpearlo y forcejó por un momento, pero resbaló, y fue herido a su vez por Casal, que continuó su arremetida, hasta que transeúntes lograron calmarlo y finalmente fue reducido por la Policía.
Según la evaluación de los profesionales que asistieron a la víctima, el 80 % de las heridas sufridas fueron en la zona del cuello, la clavícula y la cabeza de la joven, “direccionadas y con intención de matar", tal y como precisó la parte acusadora durante su alegato.
ELIANA, MARIELA, ISABEL, ARACELI
En la previa a la lectura de la sentencia se la vio llegar a la jueza Lidia Lezcano de Urturi, que pasó raudamente por la entrada de la Cámara y se escabulló en una de las oficinas del fondo del edificio.La jueza fue muy criticada por el fallo con una condena en suspenso al empresario Raúl Sebastiani, llevado a juicio en esa misma jurisdicción por una feroz paliza con abusos y amenazas de muerte contra su pareja de entonces, Eliana Tapia. Cabe señalar que el martes organizaciones sociales marcharon a Casa de Gobierno en reclamo de mayor compromiso Estatal en la prevención de estos crímenes y de contención a las víctimas. La convocatoria tuvo como antecedente directo el asesinato de Mariela Fernández, otro caso de “femicidio anunciado”, con reiteradas denuncias por parte de la muchacha hacia su exconcubino Facundo López, por golpizas, amenazas y hasta un intento de incendio premeditado de su humilde vivienda en 2015, donde finalmente López terminó ahorcándola el 28 de junio pasado.
Este caso es el tercer femicidio en lo que va de 2017 sólo en Resistencia, junto con los asesinatos de Isabel Sánchez, degollada por Ramón Falcón a mediados de mayo, y Araceli Gonzáles apuñalada hasta la muerte el 23 de febrero, en Barranqueras se presume a manos de un vecino, David Daniel Fleitas, en un intento de violación. Asimismo, persiste la búsqueda de Maira Benítez, joven desaparecida en 2016, sin avances en la investigación de su paradero a la fecha.
