Derechos Humanos

Caballero II: de mártires y verdugos

Durante la mañana de este jueves 22 tuvo lugar en la sede del Tribunal Oral Federal de Resistencia la última audiencia del 2016 en el juicio oral  Caballero II, con las declaraciones de los ex detenidos políticos formoseños Roberto Alcides Grecca y Víctor Giménez,  y sendos testimonios de los ultrajes sufridos por ellos y por terceros a manos de varios de los policías y militares imputados en la causa.

Según informaron desde la Comisión Provincial por la Memoria Chaco, el proceso, cuarto juicio al terrorismo de Estado en la región, lleva ya siete meses en curso,  desde el inicio de los debates el 16 de junio pasado. Se juzga a doce represores por los delitos de tormento psíquico y físico agravado por la condición de detenido político de la víctima (militantes de Ligas Agrarias, de PRT, y de la Juventud Universitaria Peronista),  privación ilegítima de la libertad, desaparición forzada de personas, y un caso de violación tomado como crimen de lesa humanidad.El juicio pasó  a cuarto intermedio hasta 2017, con audiencias programadas los días 3, 9,10, 16, 23 y 24 de febrero.

DÍA 16 DE AUDIENCIA

Si bien el inicio del debate estaba pautado para las 9 h, la audiencia comenzó pasadas las 10.30, como ya es habitual en la causa. El primero en declarar fue Roberto “Patón” Grecca, alto como un jugador de básquet,  ingeniero forestal radicado en Formosa, estuvo siete años preso por su militancia en la Juventud Universitaria Peronista en la Facultad de Arquitectura. Sin perder la compostura,  durante  su testimonio Grecca aportó datos de interés a la causa y al mismo tiempo se encargó hacerles saber a los imputados – que lo escucharon con atención y evidente molestia-, la justa medida de su “aprecio”, sin golpes bajos ni rencores, pero llamando las cosas por su nombre. Recordó especialmente el “modus operandi” de Gabino Manader, (condenado a 25 años por una veintena de hechos de torturas en una causa anterior);  “Cuando me detuvieron me ataron las manos y pies con alambres y Manader me piso la cabeza con la bota; era un tipo que no paraba de verduguear; siempre lo hizo, no sirve para otra cosa ese hombre”.

Fue  detenido el 2 de noviembre de 1976, en su domicilio de aquella época en Resistencia,  en calle Pío XII, junto con su esposa Gladys Borrini, embarazada de 5 meses.  “Mi señora se estaba bañando, cuando escuchamos el ruido de los vidrios de las ventanas rompiéndose,  eran como siete, fue un ruido muy fuerte, me acerqué a ver qué era aquello y me encontré con Manader, Meza,  Rodríguez Valiente y compañía,  que me apuntaban con armas; me ordenaron que les abriera y entraron en tropel, pateando y rompiendo todo” contó. De allí,  partieron a la Brigada de Investigaciones, Grecca no pudo reunirse con su esposa, ni volver a su departamento, que fue saqueado. Lo dejaron en uno de los sótanos del edificio de Marcelo T. de Alvear 32 durante varios días; lo esposaron y le sacaron el pantalón, con el cual fue colgado de un caño durante varias horas y torturado por Silva Longhi, (fallecido) y los anteriormente nombrados.

LOS “VERDUGOS”

“Eran extremadamente violentos, y su propia violencia los enardecía; primero pegaban golpes y patadas, después comenzaban con la aplicación de picana eléctrica, y ya a lo último directamente conseguían un cable pelado y descargaban toda esa violencia sobre el cuerpo de uno” precisó.  En una ocasión lo obligaron a presenciar la tortura a su esposa, que tuvo que realizarse una cesárea al momento del parto, como resultado de los castigos de los que fue víctima.

Describió que organizaban los castigos por turnos, “dependiendo de la guardia de cada quién, venían a desquitarse con nosotros, Marín, Meza,  el petiso Patetta,  un vigilante de Ejército, y no preguntaban nada, simplemente pegaban”. En ese sentido, lo más cercano a un interrogatorio que tuvo fue una conversación sobre temas de la militancia universitaria con Athos Rennes,  (militar condenado en la causa Masacre de Margarita) en la Jefatura de Policía, “pero este también perdió la paciencia y al poco de comenzar me pegó con una banderola”. Nunca fue notificado de ningún hecho en relación con su secuestro, (ni llevado a un Juzgado), hasta 1979, cuando le informaron que había sido condenado a tres años de prisión,  por asociación ilícita. “Cómo yo sabía que iba a estar mucho tiempo más preso, no me preocupé” comentó. En los calabozos de la Brigada recordó haber visto a los hermanos Aranda, Carlos Aguirre, Rodolfo Bustamante, a los desaparecidos en la Masacre de Margarita Belén Fernando Piérola, y Roberto Yedro. Grecca finalizó tu testimonio cerca de las 11:30 de la mañana. “Espero que haya Memoria Verdad y Justicia” afirmó, antes de abandonar el estrado.

EL AGUANTE

El segundo testigo de la fecha, Víctor Giménez,  arquitecto, también formoseño,   relató que en su detención llevó la voz cantante el comisario Ramón Meza,  al frente de un grupo de civiles que apareció el 4 de noviembre de 1976, en la empresa constructora en la que trabajaba en la confección de planos. En la Brigada,  donde recibió idéntico trato que Grecca, incluso fue colgado del mismo caño, estuvo un mes,  hasta su traslado a la Alicaída. Giménez ratificó con sus dichos lo que testimoniara tanto el testigo anterior inmediato, como los otros ex detenidos que ya declararon; “La política que seguían era la de tratar de destruirnos físicamente, como en la Masacre de Margarita Belén, o si no moralmente, quebrarnos, muchos compañeros se suicidaron, o quedaron con secuelas mentales”.

Resaltó un episodio con Rodríguez Valiente, oficial sumariante; “por sus maneras daba la impresión de tratarse de un tipo instruido, bien plantado, con un lenguaje técnico acorde al trabajo que realizaba, cuando insistió en hacerme declarar en mi contra, yo me negué, pero a las trompadas me hizo cambiar de actitud”, y al escucharlo, el rostro del imputado señalado fue de la sonrisa al gesto adusto. Rodríguez Valiente quería que reconociese su militancia universitaria en la Juventud Peronista de la facultad de arquitectura,  al punto que luego de mucho insistir que le sacó la venda con la que lo tenía tabicado,  y lo “careó” con una detenida, muy apenada por el castigo que recibía, y que confirmó su militancia.

Con todo, la entereza y la voluntad de resistencia por parte de los detenidos políticos quedó manifiesta cuando recordó que Grecca, al enterarse del nacimiento de su hija, (Natalia, presente en la audiencia) “fabricó una medalla para ella, con una moneda de 50 centavos; la pulió y se las ingenió para grabar su nombre”, contó, visiblemente emocionado. También tuvo palabras para Luis “Lucho” Díaz,  asesinado en la Masacre de Margarita,  (cuyos restos fueron entregados a su familia luego de 34 años, el 27 de agosto de 2010); “Lucho les decía “peguen muchachos, yo estoy preparado, me aguanto, pero no tengo nada para decirles a ustedes”.

Una vez finalizado el testimonio de Giménez,  tanto Manader como Rodríguez Valiente se apresuraron a manifestar mediante su abogado defensor  sus intenciones de realizar una ampliación indagatoria, (la cuarta en lo que va del juicio oral) las cuales tendrán lugar luego de la feria de enero.

LA PATOTA DE

INVESTIGACIONES

Los imputados son Gabino Manader, sub Oficial Mayor de la Policía del Chaco, José Francisco Rodríguez Valiente Comisario General  de la Policía del Chaco, José Marin,  Sargento de la Policía del Chaco, Ramón Esteban Meza,  Comisario General  de la Policía del Chaco, Luis Alberto Patetta Teniente Primero  del Ejercito Argentino,   Enzo Breard,  Cabo Primero  de la Policía del Chaco, Albino Luis Borda, Suboficial Principal  de la Policía del Chaco, Jorge Ibarra, Suboficial Principal de la Policía del Chaco, Miguel Pelozo y José Tadeo Luis Bettolli Teniente Coronel  del Ejército Argentino. Además fueron sumados al juicio el ex comisario Antonio Musa Azar Curi, exjefe de Inteligencia de la Policía de Santiago del Estero y el ex comisario Miguel Garbi, mano derecha de Azar, como imputados en el expediente sobre el secuestro y torturas a una joven detenida política en el ex centro clandestino de la Brigada de Investigaciones.

CABALLERO II

El tribunal, está integrado por los jueces Eduardo Belforte (presidente, de Formosa), y Mario Alurralde (de Reconquista) Juan Manuel Iglesias y Delfina Deogens, (de Resistencia). La acusación la lleva adelante la  Fiscalía Federal, representada por los doctores Carlos Amad, Diego Vigay y Patricio Sabadini, y las querellas, en representación de la Secretaría de DD HH de la Nación el dr. Mario Bosch hasta su deceso y posterior remplazo por parte del abogado Manuel Brest Enjuanes, de la Secretaría de DDHH de la Nación en Corrientes, y representación de la Secretaría de DD HH de Provincia, el dr. Paulo Pereyra y la dra. Silvina Canteros. Juan Manuel Costilla, ejerce la defensa oficial de la totalidad de imputados a excepción de Miguel Pelozo, defendido por el Dr. Néstor Cáceres. A Musa Azar y Garbi los representa el dr Matías Elías Azar, hijo del primero.

 

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