El martes por la mañana en la Cámara del Crimen II de Resistencia, en San Martín y Juan B. Justo, se desarrolló una nueva audiencia en el juicio oral por violencia contra el género en el que figura como imputado el empresario Raúl Sebastiani por golpizas y amenazas contra su expareja Eliana Tapia.
Luego de que en la jornada anterior se realizara una sumatoria de más pruebas, ayer tuvo lugar declaración de la Eliana, quien con un nudo en la garganta revivió por espacio de casi dos horas el ataque sufrido durante la noche del 25 de agosto de 2015, con una paliza que incluyó amenazas de muerte con arma de fuego, y según se supo ayer por primera vez en el juicio, una violación, hecho que abre camino a un nuevo proceso penal, luego de que el presente culmine en los próximos días.
Pese a la fuerte tormenta, la audiencia contó con el acompañamiento y el “aguante militante” de integrantes del colectivo Ni Una Menos y de La Marcha de lxs Putxs, que se acercaron a la vereda de la Cámara II, con carteles y volantes alusivos bajo el lema “Raúl Sebastiani golpeador, justicia para Eliana y por todas, nunca más protegidos por el poder con licencia para golpear”. Dentro de la sala de audiencias, estuvo presente la subsecretaria de Mujer y Familia de la Municipalidad de Resistencia, Gladys Cristaldo.
Este caso es atípico en tanto la mayoría de los juicios de este tipo se realizan luego de un desenlace fatal. Si bien no se llegó a ese extremo las organizaciones sociales y de derechos humanos que vienen movilizándose por este y otros casos similares, subrayaron el estado de vulnerabilidad sufrido por Eliana, que padece de ataques de pánico.
SOBREVIVIENTE
Eliana Tapia, 35 años, profesora de Biología, ingresó a la sala de audiencias pasadas las 8.30. Luego de ser reconvenida sobre la pena con la que se sanciona el falso testimonio comenzó su declaración. La noche del 25 de agosto de 2015, Eliana sorprendió a Sebastiani con otra mujer en el departamento del imputado. Sobrevino una escena de reproches: “Me enojé mucho y me puse muy triste, lo insulté y hubo un forcejeo y esta mujer abandonó la habitación”, contó Eliana. “Entonces fue que Raúl me empezó a pegar”.
Contó que el imputado tomó una toalla y se envolvió los nudillos y le asestó varias trompadas, luego de lo cual la ahorcó y le produjo asfixia con una almohada y la insultaba: “Puta, negra villera, esto es lo que estabas buscando”. Luego, la amenazó con un arma. “Me decía que me iba a matar y me gatillaba”. Varias veces intentó escapar, pero no lo logró porque la puerta de salida estaba llaveada, y cuando gritaba pidiendo ayuda, Sebastiani le pegaba más fuerte. En este momento fue cuando la tumbó en una cama y le sacó la ropa. “Me da mucho miedo contar lo que sigue. Sé que Raúl se va a enojar mucho conmigo y tengo mucho miedo de que después me haga algo; Raúl me sacó la ropa interior y me violó. Tenía una caja con consoladores y abusó de mí con eso también”. Quedó sumida en una “sensación confusa; no entendía si era verdad, o un sueño, o si estaba muerta”.
En un momento, la encerró en un pasillo (presumiblemente fue entonces cuando la otra mujer abandonó el departamento). Eliana intentó romper una de las puertas a patadas, pero no lo logró, entonces se dirigió hacia una ventana, intentó fugarse por allí, pero estaba en eso cuando Sebastiani regresó a su lado, la tomó de los cabellos y la tiró al piso. Sobrevino una pausa en los golpes, Sebastiani le ordenó que se quedara quieta y se dio una ducha. Luego la condujo a la casa de un amigo suyo, Gastón Arias y se fue. Allí, Eliana consiguió hablar con una amiga, que la pasó a buscar.
Presa del terror y de la confusión, todavía en shock, demoró dos días en hacer la denuncia. Además, precisó que no se animó a contar en ese momento el ataque sexual del que fue víctima. “En dos ocasiones intenté suicidarme. Siento una contradicción muy grande, necesito contar esto, pero tengo miedo”, dijo.
LESIONES “LEVES”
El imputado es gerente y titular de la firma Sebastiani S.A. y se encuentra actualmente imputado por el delito de “Lesiones leves en contexto de violencia de género, amenaza con armas y tenencia de armas de fuego”. Según establece el Código Penal, la pena máxima para la caratula de lesiones leves contempla un año de prisión, siendo los seis meses la mínima. Asimismo, a Sebastiani se le imputa además la tenencia de arma de fuego, para la cual se establece un máximo de ocho años y un mínimo de dos.
Tanto la caratula como el modo en el que fue asistida la víctima en sede policial luego del hecho (fue examinada por un agente masculino, que ni siquiera era médico y no se hizo efectivo el protocolo vigente para casos de violencia contra el género y abusos de este tipo), fueron objeto de críticas por parte de la familia de Eliana y organizaciones de DD. HH. No obstante, ante el desolador panorama que reviste la cuestión de absoluta indefensión en la que se encuentran las mujeres ante los repetidos casos de asesinatos y violencia, el sólo hecho de conseguir llevar al acusado a una instancia de juicio oral es ya una batalla ganada.
Cabe recordar que el debate oral comenzó el 3 de octubre, oportunidad en la que Sebastiani fue notificado de la causa y no aceptó prestar declaración indagatoria. El 12 de septiembre, la querella presentó un escrito ante la Cámara II (que tramita el expediente) en donde se solicitó rechazar el juicio abreviado, ofrecieron pruebas y pidieron agravar la caratula original. El 30 de septiembre se notificó a la querella de la resolución de la Cámara en la que hacen lugar a la constitución como querellante y admite las pruebas así como la solicitud de cambio de caratula y el rechazo al juicio abreviado.
Luego de la declaración de Eliana, la causa pasó a cuarto intermedio hasta el jueves 3 de noviembre a las 16.30, oportunidad en la que se espera avanzar con las consideraciones finales y luego la presentación de los respectivos alegatos y el posterior dictamen del Tribunal. El abogado querellante, Roberto Sotelo, manifestó a elDIARIO de la Región que se abocarán a formular una acusación de cara a los alegatos próximos y luego iniciaran el respectivo proceso penal por el ataque sexual denunciado.
