Desde el colectivo Ni una Menos Resistencia celebraron la detención de Rodrigo Alfredo Ezequiel Rojas, agresor de su expareja Camila, que en diciembre de 2015 le desfiguró la cara con una piedra enfrente a su hijo y la dejó tres días internada en coma inducido.
El arresto se dio luego de la intervención del colectivo para visibilizar la situación de vulnerabilidad de la mujer ya que hasta el momento, a pesar de las reiteradas denuncias de alta gravedad, “para la Justicia, no habían suficientes pruebas para librar la orden de detención”.
“Hoy, lo metimos preso. No lo metió preso esa Justicia que mandó a Camila a rezar para pedirle perdón a Dios y que lo aleje de ella, mucho menos esa Policía cómplice que lo encubría, como los agentes de la comisaría 9ª que lo acompañaban a buscar a su hijo y obligaban a Camila a salir a entregárselo personalmente, violando la orden de restricción de acercamiento para demostrarle quién manda”, remarcaron en un comunicado publicado en las redes sociales.
Cabe señalar que la detención se da luego de una conferencia de prensa realizada la semana pasada y la manifestación que encabezaron el sábado diferentes movimientos feministas, quienes acompañando a Camila hasta la Comisaría de la Mujer a realizar una nueva denuncia contra Rojas por otra serie de amenazas públicas contra ella y su hijo.
En esa línea, Ni una Menos celebró la intervención del movimiento y fustigó la desidia de los estamentos del Estado: “Lo metimos preso entre todxs, lo metimos preso ‘lxs locxs’ que no nos resignamos a naturalizar la desigualdad, la injusticia y la violencia machista. Lo metimos preso lxs que tomamos la calle, marchamos y luchamos contra el sistema patriarcal que nos oprime. Lo metió preso la hermandad, la empatía, la lucha colectiva. Lo metió preso Camila que valientemente alzó el cartel con la cara de su agresor. Porque no creemos en la Policía, no creemos en la Justicia machista. Mucho menos en la Justicia divina”.
Finalmente, se mostraron en alerta, ya que existe la posibilidad de que “lo quieran liberar”. “Seguro que lo quieren liberar. Pero que sepan que ahí estaremos junto a Camila, tomando los espacios que sean necesarios, gritando los nombres de lxs cómplices. Exigiendo justicia”, expresaron.
EL CASO
Camila denunció por primera vez a Rojas en 2012 y continuó haciéndolo cada vez que la golpeaba, la amenazaba de muerte o amenazaba con quemar a su hijo con una plancha. Sólo en 2015, el agresor estuvo dos días detenido. Ella no lo supo, estaba en el hospital, con un coma inducido porque Rojas le partió la cabeza con una piedra y la dejó tirada en un charco de sangre delante de su hijo que, aún hoy, dibuja la escena.
Desde ese entonces, Rojas no estuvo preso, ya que solicitó un juicio abreviado y la Justicia se lo acordó. Mientras seguía en la calle, aprovechó cada oportunidad que tuvo para seguirla, amenazarla y recordarle que puede hacerle lo que quiera y cuando quiera.
“Ahora, Rojas está preso. Camila no está sola. La protegemos entre todxs. La tocan a ella y nos tocan a todxs”, sentenciaron
