La Cámara Primera en lo Criminal de Sáenz Peña fue escenario el mediodía de ayer de la lectura de la sentencia de uno de los casos más representativos de la violencia policial de los últimos años, como lo es el que se analizó la muerte del joven Víctor Cindrich, luego de ser detenido en Tres Isletas y pasar unas horas en la comisaría.
Así las cosas, el tribunal unipersonal a cargo de Luis Lineras encontró culpable del delito de tortura seguida de muerte a los efectivos Héctor Méndez, Ernesto López, Diego Gallardo y Alfredo Dorado, los que fueron condenados a prisión perpetua mientras que Rafael Toledo y Natalicio Struciat fueron condenados a cinco y cuatro años de cárcel, respectivamente, por el delito de encubrimiento agravado.
“Es un fallo reparador para la familia de Cindrich, que trae algo de alivio y ante lo que es el irreparable pérdida de una muerte, es también un fallo simbólico y ejemplificador hacia las instituciones policiales marcando un límite ante las arbitrariedades y valioso porque el primero que se da en Chaco con esta calificación legal por lo cual significa sentar un precedente”, señaló a elDIARIO de la Región la presidenta del Comité de Prevención de la Tortura, Silvina Canteros, órgano que actuó como querellante.
“No se debe admitir que funcionarios policiales tengan estas conductas que desacreditan la vida y degradan a las propias instituciones del Estado”, agregó Canteros.
EN LA SEGUNDA AUDIENCIA,
SE ESCRIBIÓ LA SENTENCIA
Por su parte, Oscar Troján, abogado que patrocinó a la familia de la víctima, negó los dichos de la defensa acerca de supuestas presiones recibidas por el tribunal para el fallo condenatorio.
“Todas las partes son conscientes de este resultado, siempre dije que el segundo día se debate se escribió la condena para todos y solo había que esperar la lectura, acá no hubo manos negras ni nada que se le parezca”, señaló.
El letrado hizo alusión a la jornada en la que testimoniaron dos internos de la comisaría de Tres Isletas, que observaron las torturas padecidas por Cindrich en la tarde del 17 de septiembre de 2014.
EL CASO
Cindrich fue detenido en un procedimiento barrial y que se comprobó en el proceso es que ingresó con vida a la comisaría. Allí, fue llevado al patio y en las primeras declaraciones los efectivos apuntan a que Alfredo Dorado fue quien le asestó una patada en el pecho y golpes en la cabeza que le provocaron primero un traumatismo de cráneo y luego una hemorragia interna que terminó con su vida.
En el juicio, Gallardo, López y Méndez buscaron con sus testimonios inculpar a Dorado y así intentar recibir una condena menor, pero las palabras de los internos fueron determinantes para establecer que hubo participación de alguna índole de los cuatro efectivos en la tortura.
Mientras que Toledo fue condenado porque se comprobó que fue testigo de los ataques y que nada hizo para impedirlo mientras que el caso de Strusiat es similar, ya que se encontraba reparando un acondicionador de aire junto con uno de los internos que declaró en el juicio en un lugar de la comisaría en la que se podía observar de forma perpendicular los ataques a Cindrich pero que además se podía oír las súplicas de la víctima.
